El hecho mismo de saber que no podía tocarla me reconcomía por dentro. Quería hacerlo con todas mis ganas en aquel momento, pero no podía porque no era real, sólo era un producto de mi imaginación que se desvanecía poco a poco a medida que iba desapareciendo el sol.
Nos quedamos mirando durante varios minutos. Muy poco tiempo para querer examinar cada imperfección en su cara que me encantaba. De intentar buscar alguna que otra peca que tuviera en la cara, o incluso un lunar. Ya me fijé hace mucho tiempo que tenía uno en el labio inferior, lo que hizo que me entraran ganas de besarlo en cuanto lo descubrí.
Pero dejó de mirarme. Apartó la vista para dirigirla hacia una casa. Estaba cerca del barranco; en una de las urbanizaciones más ricas del pueblo. Tensó el rostro nada más hacerlo, y eso me preocupó. Si Jessica tensaba la mandíbula, significaba que algo no iba bien. Y si veía o escuchaba algo que no estaba bien, no paraba de hacerlo durante todo el día.
Seguí su mirada hasta encontrarme con la casa de Noah.
Dios, Noah...
Llevo sin ver a Noah desde que Jessica se suicidó. La última vez que lo vi fue en clase de psicología, justo antes de que la orientadora entrara por la puerta para decirnos que Jessica se había tirado por un barranco. Estuvo durante toda la hora mirando a un punto fijo sin pestañear, golpeando un bolígrafo sobre la mesa una y otra vez. Se notaba que estaba nervioso, y temía mirar a otro lado que no fuera ese punto en la esquina de la pared que hacía que me incitase a mirar. Ahí no había nada, y por eso supuse que tenía la mirada perdida, pensando de manera demasiado profunda.
Cuando me largué de clase, le miré de reojo, y en ese momento supe que era el único de la clase que no me estaba mirando después de que la orientadora nos comunicara lo que le pasó a Jessica. Todos lo hacían menos él, que estaba cabizbajo y con las manos apretadas como puños.
¿Le estaba afectando tanto como me afectó a mí? Creo recordar que la noche en la que Jessica se suicidó, Noah fue el único que la vio por última vez. ¿Eso tiene algo que ver con cómo actuaba aquel día? O como quizás sigue actuando ahora; al fin y al cabo, no tiene que ser demasiado guay el ser el único en ver por última vez la cara de una persona que está decidida a suicidarse.
O a lo mejor sólo se siente culpable por haber sido una de las causas por las que Jessica decidió tirarse por este barranco. Yo también la tengo, y sé que no soy la única que lo piensa...
Menuda mierda.
Sentí otra vez ese escalofrío en la espalda, pero esta vez mucho más fuerte e intenso que el de antes. Y fue otra vez por culpa de Jessica. Seguía con la mandíbula apretada, mirando cómo un coche de policía se paraba justo en frente de la casa de Noah. Ahora me encuentro demasiado molesta.
Dos policías se bajan del coche, pero no alcanzo a verlos bien desde la distancia en la que estoy, y para colmo, hay varios árboles tapándome la vista de casi toda la casa.
Entrecierro los ojos para ver mejor la escena. Los policías se estaban dirigiendo a paso ligero hacia la puerta de entrada.
¿Qué coño hace la policía en casa de Noah? La curiosidad me invadía cada vez más a medida que los policías subían las escaleras del porche y llamaban a la puerta. Tres toques. Tengo la vista de un lince.
Pasan unos cuantos minutos que estoy completamente segura de que a esos capullos que estaban pasmados en frente de la casa se les hicieron eternos. Parecían impacientes, como si tuvieran mucha prisa, pero poco tiempo.
Alcancé a ver a una mujer abrir la puerta, pero esa no era la madre de Noah. Por supuesto que no podía ser la madre, porque los padres de Noah no están ni en el pueblo. Se fueron de viaje de negocios hace ya varias semanas —o de vacaciones con algo de sexo; depende de cómo te guste definir "viaje de negocios"— y todavía no han vuelto. Quizás en estos momentos es mejor no saber cuándo volverán. No con lo que tienen ahora mismo en frente de su casa.
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Liars (Mentirosos)
Mystery / ThrillerJessica Prince se suicidó el 2 de abril de 2016. Sólo Dayana Hall se atreverá a contar la verdad. ~~~ Portada hecha por mí y mi maravillosa cabeza. Modelo de la portada: Abigail McCoy. Fotografía hecha por: Brian Ingram. ~~~