Capitulo tres

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Estaba asustada. No sabía quién era, entonces se sorprendió el hecho de que un completo desconocido como yo sé atreviera a hablarle. Le pregunté si ese salón era el que le correspondía estar, y me dijo que si.
Tenía unas ganas de sonreír, de decirle que podríamos ser amigos, pero entendí que si le llegaba a decir eso, nunca más me hablaría, entonces procuré cerrar mi boca.

Ella, y solamente ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora