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¿Alguna vez te has quedado despierta hasta altas horas de la noche pensando en nada? ¿Observando sólo el techo de tu oscura habitación, queriendo ignorar todas las cosas que pasan por tu cabeza, fallando las mil veces que lo intentas? A mí no. Solía dormirme temprano, lograba conciliar de forma muy fácil el sueño pero aquella noche no fue así.

Ese día había mandado un correo a mi padre que se encontraba en Estados Unidos pidiéndole permiso para viajar a España, lugar en el cual se encuentra una persona importante para mi. Aún no me respondía y temía lo que fuera a decirme, así que me encontraba pensando en las posibles respuestas suyas y motivos que yo podría darle para que me dejara ir. Él no era un padre presente, casi siempre se encontraba viajando por negocios de su empresa y cosas así, pero incluso teniendo dieciocho años debía pedir permiso para viajar... bueno, después de todo él es quién pagaría el viaje y estoy viviendo bajo su techo.

No podía mantenerme sola. Digamos que la palabra trabajo y yo no íbamos de la mano, aunque sí he intentado trabajar en varios lugares pero siempre terminaba siendo despedida porque había hecho algún lío. Se suponía que este año debía ingresar a la universidad pero no estaba segura que carrera estudiar aunque mi padre me presionaba porque fuera algo relacionado con la ciencia, y lo peor era que siempre aprobaba la asignatura apenas.

Por lo que este año mi rutina estaba conformada por comer, mirar televisión, escuchar música, dormir y luego todo volvía a comenzar. Aunque de vez en cuando solía dar varios recorridos a la ciudad queriendo respirar algo de aire puro o incluso iba a casa de mi padre queriendo visitar a Unnie...

Aunque mi rutina de entrar al mundo de los sueños a las diez de la noche se vio rota hoy, estuve despierta hasta las 2 de la madrugada dando vueltas en mi cama y me di cuenta de que no podría dormir, entonces decidí que debería gastar en algo productivo el tiempo que vaya a durar mi insomnio.

Me levanté de la cama y tomé las primeras prendas que encontré en mi armario para poder vestirme, una vez que salí de mi apartamento me calcé mis zapatillas y jugué con las llaves entre mis manos. El pasillo estaba vacío y el ascensor ocupado, alguien iba a la planta principal. Tuve que contener un suspiro de cansancio mientras me dirigía a las escaleras y comencé a bajar por ellas.

Era injusto. Todas las personas estaban durmiendo y parecía que yo era la única despierta en ese edificio de cinco pisos ubicado en el centro de la ciudad y me preguntaba el porqué. Muchas personas estaban acostumbradas a pasar la noche así pero yo no, que hoy tuviera insomnio significaba que tendría pocas horas de sueño por lo que estaría todo el día cansada y con ojeras horribles como la chica del quinto piso.

Cuándo logré salir del edificio miré a ambos lados antes de cruzar hacia el pequeño bar que se encontraba enfrente, estaba abierto las veinticuatro horas y aquello era un alivio. Me hacía saber que no era la única despierta en aquella zona, aunque sabía que muchas personas estaban despiertas alrededor del mundo.

Estuve alrededor de treinta minutos en aquél lugar antes de regresar al edificio con cansancio, no me agradaba mucho estar fuera de casa en la madrugada, al menos que sea una emergencia. Además de que comer definitivamente había llamado el sueño a mi y quería correr a mi cama antes de que el insomnio decidiera volver a atacarme.

Por suerte el ascensor estaba libre cuando llegué a él y no tardé en subir marcando el piso en el cual vivía. Poco después me encontraba poniendo un pie dentro del pasillo en el cual se encontraba mi apartamento, pero no estaba vacío. Había un hombre ahí, luchando con la puerta de el apartamento frente al mío. Frunci el ceño confundida ante esto con el teléfono en mis manos preparada para marcar a la policía, me aclaré la garganta y él detuvo su forcejeo. Se volteó a mirarme, una mueca de terror cruzó sus facciones al verme.

—¿Qué está haciendo? —Me animé a preguntar mirándolo con el ceño fruncido.

—No te importa, niña. —Respondió de manera casi fría y arqueé las cejas con sorpresa ya que ahora que lo miraba no parecía ser mucho mayor que yo, pero sí idiota.

—Vivo en el apartamento de al frente y está intentando invadir la propiedad de uno de mis vecinos, hasta donde yo sé eso se considera un delito. — Repliqué señalando la puerta del apartamento al cual él quería entrar, nunca lo había visto antes en el edificio.

Me miró lo que sentí como un minuto completo dejándome analizar cada parte de su cara. El pelo negro le caía sobre la frente, llegando casi hasta sus ojos oscuros los cuales ahora me miraban con curiosidad y luego, con un tono tranquilo, dijo:

—Conozco al chico que vive aquí.

Arqueé una ceja, no creyendo nada de lo que decía y olvidando que hace un rato estaba analizando su rostro.—¿Ah, sí?

—Por supuesto.

—¿Entonces no te importarará que me quede aquí hasta que Taehyung abra la puerta, verdad?

Su ceño se frunció, parecía confundido por lo que dije aunque después de unos segundos suavizó su mirada:—Por supuesto.

No supe si tomar eso como que le importaba mi presencia allí o, como que le daba igual si aparecía una nave alienígena y me raptaba para nunca dejarme volver a pisar el planeta Tierra. Aunque no pregunté, ignoré su mirada curiosa y persistente hasta que la puerta de mi vecino, finalmente, se abrió.

Tres minutos. Ese fue el tiempo que Taehyung, el chico agradable que vivía frente a mi apartamento, tardó en abrir la puerta. Ni bien sus ojos encontraron al chico delante mío sus facciones adormiladas tomaron una expresión de sorpresa.

—¿Jungkook?

Bien, al parecer lo conocía pero no lo esperaba a las tres de la madrugada.

—Al fin abres la puerta —Dijo el mencionado, su voz calmada—. Ahora, sí estás 100% despierto —Me señaló a mí antes de volver a hablar: —¿Puedes decirle a tu vecina que me conoces para que deje de creer que soy un delincuente?

Lo dijo de manera tan rápida que apenas logré entenderlo, en su mirada se notaba la desesperación que sentía y por un momento quise reír ya que parecía un niño, aunque me contuve y aclaré mi garganta.—Yo nunca he dicho...

—Lo has pensado —Me interrumpió él—. Tu cara me lo dice.

Me sentí mal aunque tampoco negué aquello, ¿qué quería que pensara al verlo forcejear con la puerta de un apartamento ajeno? ¿Que quería encontrar la entrada a Narnia? Nunca lo había visto aquí. Miré a Kim Taehyung y me encontré con su ceño fruncido, probablemente no entendiendo nada. No tenía ganas de explicar lo sucedido por lo que simplemente agaché la mirada sintiéndome culpable y decidí hablar.

—Lo siento, pero la manera en la que estaba actuando... parecía querer entrar a robar al apartamento.

—Conociéndolo no creo que te equivoques —Murmuró el chico de pelo rojo sólo para recibir un golpe en el brazo de parte del tal Jungkook—. Hey, ¿cuántas veces debo decirte que respetes a tus mayores?

¿Mayor? Eso significa que Jungkook es menor que él. Y pensar que se ve como todo lo contrario, Taehyung tiene la apariencia de un niño.

El chico simplemente soltó una risa, algo que consiguió que Taehyung rodara los ojos.

Miré entre el par y me sentí incómoda por un momento, ya no tenía nada que hacer ahí por lo que decidí que ya era hora de irme a dormir.—Que tengan linda noche.

Taehyung hizo una reverencia agradeciendo, pero Jungkook simplemente sonrió. Aunque no pude distinguir si fue de manera amable o burlona, pero no le di mucha importancia una vez que volví a poner un pie en mi apartamento.

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Oficialmente empecé Midnight, es el primer capítulo y realmente no sé com ha ido (no soy buena con los primeros capítulos), aún así espero que les haya gustado y me digan que opinan al respecto ñ.ñ

MIDNIGHT → jungkook [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora