Capítulo 31 "Adiós "

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Miércoles, 19 de julio, 2017.

Son exactamente las seis de la mañana y nadie ha pegado el ojo desde que llegó Damon y los demás, todos estaban atentos a cualquier indicio de Patrick.

Trevor era custodiado por Steph y Thom, mientras que Damon, Jason y los demás guardias custodiaban la frontera de la manada. James y Karen fueron informados y advertidos sobre el posible ataque de Patrick, por ende ellos también estaban de punto fijo junto con todos los vampiros del lugar.

Por seguridad los niños y mujeres entraron al container de la manada a esperar a que nada malo pase. Gabriela era la encargada de dirigir a todos al lugar y de tranquilizar a los que estaban nerviosos.

—Luna— una voz de un pequeño niño llamó la atención de Gabriela, quien hasta entonces no despegaba la vista de la oscuridad del bosque. El niño agarraba con una mano el borde de la remera de su Luna mientras su madre lo miraba con desaprobación. La chica miró a la señora e hizo un ademán sincero de que no le molestaba.

— ¿Dime?— sonrió mirándolo.

— ¿Nos atacarán de nuevo?— preguntó haciendo que el corazón de la chica diera un vuelco. El niño no tenía más de ocho años, la miraba con unos ojos celestes llenos de temor y su labio inferior se estiró creando un tierno puchero. Gabriela suspiró, se acuclilló frente a él, le tomó sus pequeñas manos y las apretó levemente transmitiéndole seguridad.

—Lo más probable sea que sí, pero te prometo que no te harán nada ni a ti, ni a tu madre.

— ¿Y papá?— el entrecejo de Gabriela se arrugó ¿Cómo le dices a un niño que es probable que su padre muera protegiendo la manada?

— ¿Cuál es tu nombre?— pregunta tratando de pensar una forma de decirle al niño que es probable que su padre no vuelva, pero de una forma más sensible.

—Dean.

—Bueno, Dean, tu padre estoy segura de que estará muy bien— la mirada celeste del pequeño se fijó en sus ojos, inseguros y cristalinos— hay que rogar a la Luna para que sea así.

— ¿Y si no?— volvió a preguntar con su labio inferior temblando— ¿Y si no vuelve?— una lágrima recorrió la mejilla del niño y fue atrapada a mitad de recorrido por el pulgar de Gabriela.

—Tendrás a tu madre y dirás con orgullo que tu padre dio la vida por su manada y su familia— un espasmo movió el cuerpo de Dean, sollozó sin embargo sonrió— ahora sonríe y demuéstrale a tu padre que eres un hombrecito rudo y fuerte que sabe proteger a su madre ¿De acuerdo?— está vez la chica sonrió.

—Sí— dijo determinado. La muchacha miró a la señora mientras esta sonreía con los ojos cristalizados— nos vemos, Luna.

—Cuídate, Dean— el niño asintió y se giró, estiró su mano hacia su madre y le sonrió.

—Ven mamá, yo te protegeré— la mujer le tomó la mano sonriente.

—Por supuesto que sí— alzó la vista y miró a Gabriela con agradecimiento— es una estupenda Luna— las mejillas de la chica se tornaron rojas por impulso propio— y serás una gran madre— dicho esto entró a la seguridad del container junto con Dean, quien se despedía de su Luna moviendo su pequeña mano libre.

Gabriela suspiró y siguió con la mirada a los dos hasta perderlos de vista. Una mano en su hombro la hizo saltar, se giró rápidamente asustada, pero se relajó al momento de ver quién era.

— ¿Tú no deberías estar cuidando a Trevor?— Steph sonrió con vergüenza.

—Sí, respecto a eso, Trevor se fue.

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