Tentación ❀ KaiSoo

❀ Estrategia

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La situación estaba un poco tensa. O quizá decir «un poco» estaba demás, porque la tensión estaba demasiado disparada e iba en aumento cada día un poco más.

KyungSoo no era de las personas que se quedaban esperando a que algo sucediera, siempre le había gustado moverse y hacer algo para que sus deseos se hicieran realidad. Fue así como había entrado a la empresa donde actualmente trabajaba y había sido a causa de su esfuerzo el que hubiese sobresalido entre los demás como para que lo pusiera en uno de los grupos que habían debutado hacía poco.

También se las había ingeniado para congeniar con las personas, pese a su timidez que iba reduciéndose con el paso del tiempo, debido a la confianza que aquellas personas, sus compañeros, le habían hecho sentir. KyungSoo podía confiar en sí mismo plenamente y pese a que siempre titubeaba, siempre terminaba consiguiendo lo que se proponía.

Aunque él no lo quisiera ver de esa manera, claro estaba, al menos no del todo, porque aceptaba que había tenido un poquito de suerte con Kim JongIn, su compañero de grupo que bailaba exquisitamente bien. Habían tenido tropezones demasiado grandes al comienzo, cuando se conocieron y JongIn no había querido ir a comer con él.

Porque su mirada era demasiado pesada y porque no llevar los lentes le hacía tener que empeñarse más en ver a sus compañeros para poder hacerlo bien. Cosa que el muchacho delgado y de piel morena no sabía, pero que de todas formas había herido a KyungSoo al hacer ese tipo de comentarios tan brusco.

Sin embargo, su relación había mejorado considerablemente días después, y desde entonces ambos se procuraban y se daban su tiempo para entrenar juntos o para acompañarse después al departamento.

Por lo general JongIn esperaba a KyungSoo o viceversa, porque el moreno siempre estaba empeñado en que todo saliera a la perfección con su baile. Y de paso le había enseñado algunas técnicas que a KyungSoo le habían servido mucho.

Pero la situación, pese a que ellos se habían vuelto muy buenos amigos y la extraña sensación se empezó a entrometer entre ambos, había cambiado. Todo había cambiado desde que las miradas dejaron de ser juguetonas e inocentes. Desde que las manos comenzaron a tocar un poco más allá, intencionalmente y no con la finalidad de molestar.

KyungSoo estaba bien con eso. JongIn le gustaba y lo aceptaba plenamente, pero JongIn siempre se inhibía y se lo pensaba dos veces. Y no lo malentiendan, no es que JongIn no gustara de KyungSoo, sino que sabía lo peligroso que era jugar con fuego y todo lo que podían resultar quemados los dos.

Pese a que KyungSoo siempre se las daba de pensar las cosas, no siempre había sido así, al menos no al principio, no en ese entonces, no en ese momento. No cuando se trataba de Kim JongIn.

La finalidad era clara, el objetivo era tener a Kim JongIn y KyungSoo no podía resistirse, necesitaba que JongIn le prestara un poco más de atención, especialmente después de haber dejado las cosas en claro y haberse detenido repentinamente. Cuando aclararon que eran compañeros, amigos y hasta mejores amigos, pero que por el bien de la carrera de ambos debían dejarlo así, por la paz.

Tampoco era que JongIn quisiera romper su relación, por muy extraña que esta fuera, sino que... simplemente planeaba resistir. Pero si el moreno pensaba que podía resistirse a los encantos de Do KyungSoo, estaba realmente equivocado.

ㅡ Hey, el sol está que arde. ㅡ la voz de JongDae le llegó desde a su costado y KyungSo asintió, cubriéndose con una mano.

En efecto, los cálidos rayos del sol caían despiadados sobre la plataforma del escenario, haciendo que todos los que estaban a cargo de la presentación se deshicieran lentamente por el calor que los inundaba por completo. Era verano y la temperatura iba en aumento. El grupo iba a presentarse en uno de los famosos conciertos de la compañía como familia, por lo que estaban probando el sonido y entrenando un poco antes de que llegara la hora en que el verdadero show comenzara.