Movie•° v.h.

Movie •°

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La tarde se hacía paso con matices grisáceos y rosados, y una pequeña luna en su cuarto creciente que era divisible en la lejanía.
Mi posición me permitía tener aquello como paisaje, así como también me daba la posibilidad de observar la escena a unos metros de mí.
Después de una toma número diez, es que lograron finalizarla de manera exitosa.
La cantidad era relevante.
Algo llevaba su mente lejos de la Tierra, y estaba más allá de mi capacidad para deducir, el comprender qué podría ser.
Sin embargo, tenía la seguridad de que no era algo positivo.

Sus sonrisas eran forzadas.

Sus ojitos no se curvaban con ellas.

Sus hoyuelitos a penas se veían.

Y, cuando su mirada se perdía en el más allá de la absoluta nada, no dejaba una expresión de despreocupación sincera.
Era más bien como nada.
Estoico.

Él no era así.

Sus sonrisas siempre eran deslumbrantes, enseñando sus dientes de manera preciosa.

Sus ojitos se veían pequeñitos. Adorable.

Sus hoyuelos, cuando no mostraba los dientes, se lucían encantando a cualquiera que los apreciara.

Y si se sumía en el incomprensible mundo de sus pensamientos, una muequita, similar a una sonrisa relajada, adornaba su rostro.

Mi preocupación era sincera.
No había comenzado con ello hoy.

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El observar la rapidez con la que su sonrisa se deshacía confirmaba mis deducciones.

Es un hecho científico el que una sonrisa natural no se deshace rápidamente.
Y, sin embargo, cuando hacerlo toma tres segundos o menos, allí se puede saber que la sonrisa es fingida.

Y observar a Hobi  borrando la sonrisa que le dedicó a su maquilladora a penas ella volteó, fue el detonante para que mi corazón se removiera en mi interior, inquieto, preocupado y alarmado, pidiendo a gritos que me acercara a velar por su bienestar.
Pero él me evitaba. Fingiendo que nada sucedía, cuando el mismísimo brillo de sus ojos no era el mismo.
Y dolió cuando en ese minúsculo y efímero instante en que nuestras miradas chocaron, él apartó la suya como si se tratara de dos desconocidos en la calle.

Tuve que dejar mis pensamientos cuando me hicieron saber sobre la siguiente escena, la cual precisaba de mi participación...

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¿Cómo finges tan bien entre y durante los actos?

Te admiro Jung Hoseok; me gustaría contar con tu gran talento para disimular en cuanto a emociones.

Pero eso no evita que yo sepa el hecho de que algo no estaba bien.

Esta vez no tenías posibilidad de evitarme, y me sentí bien al poder hablar nimiedades contigo.

Pero, ¿Dónde están los abrazos y risas?

Iba a hacerlo, atreverme a hablar, a preguntar.

Pero entonces suena la alarma anunciando una nueva toma, la primera de la siguiente escena.
Debo dejarlo para luego, al ver rápidamente cómo te vas, escapando de mí.