Capítulo 1 - En esta ciudad

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Hace ya unos meses que mi familia se mudó a esta ciudad, la anterior no estaba nada mal pero en esta hay algo especial, una cierta aura de paz, tranquilidad y armonía.


En esta enorme ciudad nunca pasa nada, la gente vive sus vidas cotidianas sin preocupaciones, solo van y vienen de un lado para otro y supongo que eso está bien para ellos pero... no para mí.


Todo aquí es aburrido, incluso tenemos el índice de criminalidad más bajo de todo el país, puedes caminar por las hermosas calles iluminadas por las noches con la seguridad de que saldrás ileso y de paso apreciar las grandes luces de neón de los rascacielos que el progreso nos ha regalado.


Tengo solo 17 años, y a pesar de que soy lo suficientemente maduro para ser consiente de mi inmadurez, no soy lo suficientemente maduro para negarla, lo sé por qué aun soy soñador y mi mayor anhelo en estos momentos es tener una aventura, algo que valga la pena recordar mi juventud. Y así, cuando supere esta etapa de mi vida y pase a ser adulto podre decir que el menos no perdí el tiempo.


Es sábado por la noche, camino aburrido a casa por la acera principal de esta gran avenida con las manos en las bolsas de mi chaqueta mirando ligeramente hacia el cielo, los postes de luz pasan uno tras otro sobre mi cabeza, es casi hipnótico.


Esta avenida es famosa por ser la más grande la ciudad y no es de extrañarse pues es donde desembocan y se juntan los dos grandes anillos viales que rodean la ciudad. Al parecer es la manera más efectiva de movilizar el tráfico de la ciudad puesto que esta ciudad tiene la forma de un gran número ocho, o al menos eso es lo que dicen, a mí siempre me ha parecido más bien un letra "B" mayúscula.


Lo curioso de todo este asunto es que en el punto norte donde se conectan los dos anillos centrales de la ciudad una persona esperaría que hubiera algo maravilloso, es la ubicación perfecta para construir un gran edificio empresarial de algún magnate que quiera demostrar su poderío poniéndose al centro de la metrópolis, algún gran hotel de lujo que sirva como gran referencia turística o simplemente un monumento gubernamental para llenar de orgullo a sus habitantes, pero no, lo que hay ahí es una triste tienda de conveniencia, específicamente una de la cadena "Serve Yourself" a la cual por cierto me estoy a aproximando. Siento algo de hambre así que creo que hare una parada ahí para comer una sopa instantánea o tal vez un hot dog.


Aprovecho la luz verde del semáforo para cruzar la ancha carretera, abro la puerta de la tienda y se me recibe con un agradable soplido del aire acondicionado mientras me bañan las grandes luces blancas del techo. Exploro un poco el lugar con la mirada, no hay nada fuera de lo común, solo un montón de productos de consumo rápido y comida chatarra.


Me dirijo al estante donde se encuentran las sopas instantáneas y Hot dogs, me agacho y busco minuciosamente una sopa de mi sabor artificial preferido, la preparo y pago en la caja sin ningún inconveniente.


Estoy algo cansado, lastimosamente en estas tiendas difícilmente hay un par de mesas con sillas de plástico extremadamente incomodo pero es entendible, después de todo no hay mucha gente que se quede a consumir lo que compra ¡Pero ya que!.


Sin pensarlo mucho me siento en una de las tortuosas sillas de plástico rígido y comienzo a comer. El sabor de esta sopa no es malo en lo más mínimo tampoco es sabor de una sopa gourmet francesa pero me sacia y lo mejor de todo es que se prepara fácil y rápido aunque no es algo que suela comer.


Inclino la cabeza ligeramente hacia el molde para darme otra cucharada y cuando la levanto siento un pequeño susto al darme cuenta al darme cuenta de que frente a mí, detrás del asiento opuesto apareció un sujeto de estatura bastante baja, muy delgado, de no más de 20 años de edad, con lentes oscuros, chamarra de cuero y una hermosa melena castaña por debajo de los hombros.


[  C  i  u  d  a  d  -  B  ]Where stories live. Discover now