﴾40. Shades of YoonGi﴿

577 90 99
                                    



ADVERTENCIA: LA MISMA QUE LA DEL CAPÍTULO ANTERIOR, CONTENIDO SENSIBLE SOBRE SALUD MENTAL, YA SE LA SABE, LEA CON PRECAUCIÓN


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



"El amor es una bala unidireccional

y nuestro pecho un punto fijo:

lo que determina el choque, el temblor,

el derrumbe de cimientos o la recuperación del jardín,

es el hueco que acompaña a tu mano

en el impacto."

En otras palabras,

sujeta la mano de tu asesino y ganarás su caricia.

(Elvira Sastre, Baluarte)




YoonGi

     Nadie besó mis cicatrices.

     Nunca.

     La última vez que tuve contacto íntimo con alguien fue durante mi último año de la preparatoria. Su nombre era YiJeong y tuvimos algo lindo durante un año. No puedo decir con certeza que lo amaba porque mi cabeza por alguna razón desordenó todos los recuerdos de mi adolescencia y ya no recuerdo más que las sensaciones físicas y las peleas que tuvimos.

     Curiosamente, tengo más recuerdos malos que buenos de esa relación. Los problemas entre nosotros empezaron cuando iniciamos nuestra vida sexual a los dos meses de proclamarnos novios. A él le molestaba que yo nunca me quitara la camiseta para tener sexo, así que yo siempre estaba semidesnudo porque me aterraba que viera mis cicatrices. Por un tiempo, funcionamos bien así, pero entonces comenzó a exigir más de lo que podía darle.

     Comenzó a quejarse de que yo me vestía demasiado rápido después de terminar, sin permitirle ese momento post-sexo donde solíamos acurrucarnos y conversar. La verdad era que estaba tomando un medicamento nuevo que muy a penas me permitía mantener las erecciones, por lo que después de tener relaciones siempre quedaba agotadísimo y necesitaba urgentemente dormir.

     A pesar de sus inconformidades, se resignó, pero compensaba lo que yo no le daba en la cama a través de otras cosas. Todo el día quería estar pegado a mí, incluso si hacía un calor espantoso. La invasión a mi espacio personal era un problema, porque cada vez que yo le pedía espacio, él insistía en acercarse y me cuestionaba todo el tiempo. En una ocasión discutimos a gritos porque él trajo a flote ese viejo problema de la ropa durante el sexo, me acusó de ocultar algo turbio debajo de mi ropa, como un tatuaje con el nombre de un ex novio o alguna marca vergonzosa. Lo gracioso es que no se equivocó, porque sí ocultaba algo turbio, pero no creí que fuera a insistir tanto en el tema. De alguna manera que no recuerdo, zanjamos el tema y continuamos con lo poco o nada que quedaba de nuestra relación, hasta que él cruzó una línea muy delicada.

Stay With Me || RESUBIENDO 44/122?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora