NEVERLAND

CAPÍTULO 9 "Del frío al calor"

SEBASTIÁN:
Ya no se que pensar, Edward es como mi hermano, me contestaba los mensajes literalmente en segundos, pasábamos 23 de 24 horas del día juntos, y ahora no lo veo hace dos días, no me contesta los mensajes ni llamadas.
He estado hablando con las amigas de Kenna, porque ella tampoco iba a clases, y ellas tampoco la encuentran, Edward y ella deben de estar juntos, Edward me dijo que Kenna le gustaba un poco, pero no pensé que tanto, ¡como para que se fugaran juntos! Sin decir nada...

KENNA:
Me despierto porque Edward me sacude como loco.
-¡Que pasa!- le grito con rabia porque no me dejó dormir

- Si te digo no me vas a creer- y me mira ansioso y asustado a la vez

-¿Que?- le digo para que me diga qué pasa de una vez

-lo tenés que ver vos misma- me dice, y me agarra del brazo para llevarme corriendo a lo que sea que quiere que vea.

Al caminar mas o menos media hora Edward me lleva hasta atrás de una cascada congelada, y me señala una puerta toda oxidada. Lo miro sorprendida y miro por el agujerito de la cerradura, es un bosque cálido y no hay rastro de nieve.

-Y no precisa llave- me dice el abriendo la puerta de un tirón.

Edward me agarra la mano y pasamos por la puerta sin mirar atrás. Mi pregunta era ¿nos alejábamos o nos acercábamos a nuestro mundo?
Pero para mi pasar por esa puerta fue un progreso, no me podía quedar ni un día más ahí porque si no me iba a congelar.

Caminamos y caminamos hasta llegar, por fin, a un arroyo bastante hondo, no lo pensamos dos veces y nos arrodillamos en la orillita a tomas agua.

- No se vos, pero yo me voy a dar un chapuzón- me dice Edward mientras se empieza a sacar la campera polar y después la camiseta de algodón.

-¿Que haces?- le digo

-No me voy a meter con toda la ropa, ya no hace frío pero quiero tener ropa seca para no andar todo mojado después... ¿no te vas a meter?-

Lo miro seria y el se ríe.

-¿No me digas que sos de esas que les da vergüenza estar en ropa interior pero no estar en maya?

-No soy se esas pero no te conozco- le digo con una risa irónica

-¿conoces a la gente de la playa?- me dice sarcástico

Buen punto, no digo nada y empiezo a sacarme la ropa, me tiro rápido al arroyo.
Nadamos un rato y conversamos;
-Che yo voy a salir del agua, voy a recorrer un poco haber si encuentro algo para salir de acá- le digo saliendo del agua y me pongo rápido toda la ropa atrás de unos pastos altos.

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