Nuevamente me encuentro en el centro de la ciudad entre una multitud de personas observandome, es normal. ¿Cómo no lo harían? No los culpo.
Solo mirenme soy técnicamente una perfección óptica.
Escucho detrás de mi a un grupo de chicos, dos chicos y una chica promedio que murmuran cosas que...
Bueno, por lo general estoy acostumbrado a escuchar después de todo.―Miren es él―. Los miré de reojo solo por curosear.
Escucho a la chica pelirroja hablar.
―Es él?
―Sí, él―.
―Quién es él?―. Dice el otro chico.
―Bueno, él...
―Lo llaman doctor Cupido.
―¿Doctor cupido?
―Exactamente.
Si, ese soy yo, él majestuoso y gran doctor Cupido.
―Dicen que es muy famoso,― comentó―. he visto que siempre vienen extranjeros de todo el mundo a verlo.
En efecto.
―Es increíble.
―Lo es, todos se preguntan, ¿es un don o es un ser divino?
Pues, es un don ser bello y superdotado en todos los sentidos con una sabiduría superior a la de ustedes y como mencione soy perfecto amigos eso me hace una divinidad.
―Nunca lo sabremos.
―Escuché que enamora a todos pero él nunca se ha enamorado.
―¿Es en serio? Es un poco vergonzoso, no crees?― se ríen por lo bajo.
Serán descerebrados. Lógicamente he estado uniendo parejas, auxiliando corazones. Además, tengo prohibido enamorarme de alguien; sería algo peligroso y para ser claro es imposible que yo, Alair, pueda enamorarme, digamos que, nadie es digno de mí.
No puedo evitar girarme hacía ellos, los tres jóvenes se estremecen y lucen avergonzados, quizá porque escuche su charla sobre mí. No pude evitar sentir una energía o más bien, la vibra de alguien enamorado. No me gusta hacer esto; pero me hace gracia que las personas huyan de mi. Doy unos pasos hasta quedar frente a ellos, posiciono mis manos en los hombros de la chica pelirroja y la miro directamente a sus ojos, que parecían a una luna llena de lo abiertos que estaban.
―Hola Yumiko, no te conozco, y esto puede ser duro para una chica tan... sensible, emocionalmente hablando, la cuestión es la siguiente puedo sentir la vibra de dragoste en ti, ese chico...―hago una pausa trágica cerrando mis ojos como los médium de la televisión ―. está muy cerca, lamento decirte que no pierdas tu tiempo porque no serás correspondida―
me seco una falsa lagrima con un pañuelo que saco de mi traje, observo como la chica se sonroja, sus ojos se cristalizan, sus pupilas se dilatan y por último abre los labios para pronunciar lo más predecible que va a decirme. Inmediatamente saco un frasco pequeño de mi pantalón y lo abro.
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¿Quién Ha Flechado a Cupido?
NouvellesSer Cupido no es tarea fácil, mucho menos sí su problema tiene nombre propio. Sus grandes tentaciones, sentir su sedoso cabello azulado como el espacio sobre sus hombros, sus frías manos sobre su piel, sus grises ojos contemplando sus risueños labio...