1

170 6 7
                                    


Flores de cada momento (Ⅰ)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Flores de cada momento (Ⅰ)

Era tarde. El suave degradado que pintaba el cielo lo demostraba. Los suaves tonos naranjas con el fuerte amarillo del sol creaba el alba como si fueran pinceladas de acuarela recién comprada. El sol golpeaba con fuerza por el inicio veraniego, ambientando todo con un color amarillento viejo, (semejantes a las fotos antiguas.) cambiando tonalidades fuertes a un grisáceo pero reflejado con el brillo dorado de la bola amarilla. Todo distintivo. Aparte de unas flores naranjas posadas en la mojada tierra; recién regadas, cada gota transparente fluía de cada pétalo degradado como el mismo amanecer, brillando por el agua y las centellas de la estrella luminosa; con hojas dentadas y punzantes de verde fuerte y un tallo inexistente por la abundancia de aquella vegetación, aquellas flores eran Begonias, una flor amistosa para los ojos verdes brillantes que la apreciaban.

Click ˎˊ-

Sonido flojo propio de una cámara, una cámara Canon que portaba en aquellas manos descuidadas que temblaban sujetándola para un ángulo preciso, alegre de que varios intentos saliera como una obra de arte retocada a su manera. El chico tenía ojos de un feroz y profundo verde, y melena desordenada de un fuerte granate, granate que a la luz se convierte en un propio fuego creciente en su cabello rojo. James, un muchacho tranquilo y abierto a las personas. Que a la edad de dieciséis años encontró su especialidad y hobby extraño. La fotografía y el amor hacia la naturaleza, en especial las flores.  

James se preparaba para el concurso de fotografía con emoción, este año con el tema de "cosas que te inspiran y/o te gustan" que pueden ser bastantes, pero que mejor manera de juntar dos cosas que él ama.  

Finalizó con un par de fotos más, para levantarse con intención de irse, (a no ser que en el camino se encontrará con más). Caminó sin prisa saliendo del recinto, mirando las fotos que hizo en total este día, unas 15 para ser exactos, todas de flores o paisajes distintos que si las contáramos juntas serían un récord para el chico con 36 fotos.

Se sintió orgulloso de que poco a poco pillaba el truco y los secretos de la fotografía, reconsiderando de que si ganaba el concurso aparte de un premio para malgastar únicamente en material escolar, "cosa que era pura mierda" pensó, su fotografía estaría un mes en el periódico escolar y posiblemente en los periódicos de este pequeño pueblo. Un logro que a lo mejor le pudieran reconocer por una simple cosa; porque como todos, bueno casi todos, estaba en la sombra de llamarse popular y a veces fastidiaba a un modo, molestándolo a un punto de querer imprimir su foto en grandes pancartas y colgarlas en cualquier lugar del pueblo para que un día lo miraran diciendo "Oh, es él. James." Pero le parecía imposible.

Como un cliché de novela adolescente, se tropezó con alguien, alguien que ya conocía muy bien. Su cámara se resbalo de su manos apuntó de caerse cuando otras manos, que bien no eran suyas porque eran morenas, agarraron fuertemente la cinta que lo sujetaba hasta que podía ver como su piel negra daba un tono rojo por la fuerza de sus uñas que por un momento, pensó James, que saldría sangre de ellas. 

❚Marcas de vida❚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora