13. Incomodidad

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Marinette

"Aggggghh" brame rodando por la cama. "Jooooooo" cambie de bramido mientras empezaba a depositar mis piernas sobre el pobre estómago de mi compañero. "Fuuuuuu" suspire pesadamente mientras haciendo la croqueta acababa total y completamente encima del pobre Félix. El extendió los brazos mientras levantaba la cara de la almohada, ya que sino se acabaría ahogando al estar boca abajo. Yo estaba tumbada sobre su espalda mirando al techo. "¡¡¡¡¡No quiero~!!!!!" Proteste mientras pataleaba procurando no golpearle. El suspiro y movió su espalda hacia el lado derecho de la cana donde había un hueco para mi. Por su movimiento caí de su espalda y me posicione a su lado con la cara contra el cojín. Gruñí por lo bajo, pareciendo un ogro y Felix se sentó apoyando su espalda en la pared mientras me miraba. Sentí como posaba su gran mano de dedos largos y finos sobre mi pequeña espalda, la acariciaba con delicadeza y masajeaba suavemente.

"Se que no quieres verlo ahora, que probablemente a sido un mal momento para que os dierais cuenta pero esta noche será el desfile y solo falta una pequeña prueba más para asegurarnos de que todo esté perfecto para nuestra nueva colección. Así que aguanta un poco, después de esta noche será decisión tuya volver o no volverle hablar" me dijo mientras que se ponía de pie y rodeaba la cama hasta situarse a mi lado. Levante vagamente mi cabeza para observarlo, pero en cuando lo hice vi como sus manos se dirigía tétricamente hacia mi. Diu un leve grito ahogado y entonces el me tomo por la cintura cargándome como a un saco de patatas. "Así que deja de protestar, niña diabólica y revoltosa. Porque sino dejas de quejarte no saldrás viva de aquí. ¿Sabes a lo que le refiero...?" Susurro en mi oído causando un escalofrío momentáneo que dejo mi piel de gallina. Me bajo para dejarme justo de pie frente mío, pero antes de que pudiera hacer algún movimiento me atacó. Me ataco de tal manera que sabía que yo no podía defenderme. Se situó sobre mis caderas, con sus piernas aprisionando mis manos, quedando sobre mío. ¡Y entonces comenzó su feroz ataque! Bueno, medio feroz. Sus dedos se movían con agilidad, tocando mi cuerpo y conociéndolo como si fuera suyo, y entonces, la primera carcajada salió de mis labios. Hizo otro movimiento mas, y la segunda no tardó en aparecer.

Me había hecho tantas veces cosquillas en mi vida que con solo mover un poco sus dedos sobre mis pobres costillas ya hacia que me pusiera roja y me retorciera debajo de el entre carcajadas desesperadas. "¡P-Por favor! ¡Te lo suplico! ¡¡Ten piedad de esta pobre alma caritativa!!" dije mientras trataba de sonar convincente y el no dejaba de hacerme cosquillas. "¿Dejarás de maldecir por lo bajo?" Pregunto mientras paraba levemente aún sin alejar del todo sus manos. "¡Si! ¡Lo prometo! Pero plisssssss, no puedo continuar así, sabes que son mi debilidad" dije poniendo ojos de cachorrito. El me sonrió dulcemente y acaricio mi pelo, y cuando parecía que estaba apunto de levantarse hablo "Bueno, me parece bien, pero no sin antes otra pequeña sanción" y acto seguido empezó con las cosquillas de nuevo.

Félix

Cuando Marinette se fue a dormir la noche anterior ya estaba rara, pero no había ni comparación con esta mañana. Me desperté por escuchar unos extraños ruidos, provenientes de un orco a mi parecer. Pero cuando me gire para mirar al supuesto orco que se atrevía a interrumpir mi Dulce sueños solo me encontré con Marinette quejándose. Bramó bramó y mi sueño acabó. Así que al notarla sobre mi espalda la hice caer hacia la cama y como un buen justiciero que soy, no perdone su acto malvado y la castigué como debía.

Tras su pequeña sanción de nuevo me la quede mirando, tan pequeña e indefensa debajo de mi <este sentimiento siempre lo he tenido, pero ahora es aún más fuerte que antes>. Libere sus brazos y la toma abrazándola fuerte a mi. "Sabes que siempre estaré aquí para apoyarte, si le quieres, o si le quieres dar una paliza, yo, intentaré procurar por tu felicidad" dije mientras me separaba lentamente y acaricia su mejilla suavemente. Sus mejillas estaban rojas, no se si de las cosquillas o de mis palabras, pero aquello ya no importaba. Me levante y le ofrecí la mano para que lo hiciera ella también, la tomo tímidamente y de un salto ya estuvo de pie. "Bien bichito, hora de prepararnos" di unas palmas a su cabeza y tras coger mi ropa me empecé a quitar el pijama. Entonces Marinette alterada me lanzo un cojín "¡Espérate a que entre al baño para desnudarte tonto!" Reí por lo bajo ante su reacción y ella rápidamente tomó su ropa también y se adentró en el baño a cambiarse.

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2020 ⏰

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