sábana × jikookmin × os × jkweek

jikook week; day 2

—Por fin, ya solo quedan dos cargas.— Fueron las palabras que liberó JiMin en cuanto termino de doblar una sábana blanca encima de un mueble de madera, cercano a la lavadora.

—Sí, esperemos demasiado tiempo para lavar y se juntó mucha ropa.—JungKook por su parte terminaba de programar la secadora de espaldas a JiMin.

El ambiente era pesado, ninguno de los dos podía mirarse directamente y ambos sabían la razón. Hace mucho que no les tocaba hacer una volada juntos y era básicamente porque evitaban tener ese momento incómodo. Siempre era uno solo o en compañía de otro miembro, pero justos... había pasado mucho tiempo.

—Estoy exhausto.— comentó JiMin n cuanto el silencio lo carcomió, aún mirando hacia la pared.

—Em...yo no tanto. De hecho, creo tener suficiente energía para muchas cosas.

JungKook se había volteado, pero JiMin no tenía idea de ello. Mordía su labio inferior, quería voltearse también, pero no sabía que decir o qué hacer, que quería exactamente.

—¿Cómo qué?— se atrevió a preguntar mientras tomaba la siguiente carga de ropa para meterla a la lavadora —¿Jugaras en tu computadora?

Apretó los botones correspondientes para las prendas que había incorporado y se volteó por inercia, encontrando a JungKook a solo centrimentos, pero no siendo invasivo.

—En realidad tenía en mente otra cosa.

La mano del menor se posó en su cintura y sus mejillas se volvieron rosadas al instante, mientras lo miraba algo tímido.

—Hablamos de esto, ¿no?— sus ojos brillantes parecían suplicantes, pero este solo era el efecto de las caricias que JungKook le estaba propinando.

—Lo sé, hyung, pero no me gusta este ambiente incómodo. Eres mi novio y hemos hecho esto otras veces.— Acercó su nariz a la de JiMin y la acarició tiernamente, formando una sonrisa en los rostro de ambos— No tiene nada de malo.

JiMin cerró sus ojos con fuerza y volvió a morder su labio. Era algo difícil de hacer. ¿Cómo podría decir que no cuando quería aceptar esa propuesta indirecta con todas sus ganas?

—No me gusta hacerlo con los miembros en casa. ¿Y si escuchan?

—Esa vez en Hawai no pareció molestarte.

Aquella vez habían estado tantos días distanciados que apenas consiguieron la habitación para ellos solos y tiempo a olas durante altas horas de la noche, comenzaron a amarse como desquiciados y aquella "colada" fue una de esas oportunidades.

—Estaban dormidos.— intentó excusarse.

—Ahora también lo están.— JungKook dió un pequeño beso en sus labios el cual dejó algo atontado a JiMin, quien intentaba resistirse con todas sus fuerzas —Te extraño, pero puedo esperar. Si en realidad no quieres, lo entenderé.

Las habitaciones estaban ocupadas por los demás miembros y oportunidades como aquellas se presentan pocas veces. El lo deseaba, tanto y posiblemente más que JungKook, pero estaba asustado. Tenía que alguien los viera, que alguien los escuchara y no pudiera entenderlo. Soltó un suspiro y dejando todos aquellos pensamientos de lado, se fijó en JungKook y en la forma en cómo le miraba. Tan dulce y honesta. Lamió sus labios y acercó sus manos al torso de su contrario, acariciando levantamente hasta llegar al borde inferior de su remera, tirando de el lentamente. JungKook entendió perfectamente la señal y levantó sus brazos, facilitando la acción de su novio. JiMin acercó sus labios y beso sus labios, para luego ir subiendo hasta su cuello, empinandose. Lamió, chupó y mordió tanto como quiso, mientras JungKook aún lo sostenía de la cintura y soltando pequeños gruñidos.

—Te quiero...— susurró contra su cuello causando un escalofrío en Jeon que le corrió toda su columna, terminando en la punta de su ya erecto miembro. Su fuerza de voluntad estaba al límite, pero le encantaba cuando su hyung lo besaba y jugaba con el de aquella forma.

—Yo también le quiero, hyung.

JiMin soltó una dulce risa y al segundo siguiente JungKook ya lo había arruimado encima de la lavadora, besando sus labios con fuerza y pasión desmesurada. JiMin se dedicaba a soltar gemidos entre tanto, sobre todo cuando JungKook lamía su cuello, mordía sus labios o acariciaba su trasero, y a acariciar cada uno de los músculos marcados de Jeon.

Supuso que lo harían de la misma forma que en Hawai y sus suposiciones fueorn ciertas en cuanto ya desnudos JungKook lo acomodó mejor contra la lavadora pues aprovecharía el movimiento de esta para acelerar los movimientos. En cuanto las estocadas fueron concentras, el supuesto sonido de lavado se hizo aún más intenso y JiMin comenzó a tener que alguien despertara, pero apenas hizo el intento de tapar su boca para disminuir el ruido, JungKook lo sujetó. Afirmó sus manos contra su cabello rubio y lo penetró con más intensidad.

—Gimé, JiMin. Hazlo.— le pidió ente gruñidos y el nombrado mordió sus labios evitando hacerle caso, pero le era tan difícil.

—JungKook...

—Más fuerte. Si nos escuchan diremos que la lavadora se volvió loca o que nos pusimos a ver porno porque estábamos aburridos.

Entre tanto y tanto, la preocupación de que ellos les escuchasen disminuía y los gemidos de JiMin comenzaron a salir fuertes y excitantes, haciendo que JungKook lo afirmara con más fuerza. En cuanto la lavadora terminó el ciclo, JungKook lo bajó al piso, subiendo lo encima de él y continuaron, hasta que JiMin se corrió con fuerza, marcando sus dedos en los hombros de Jeon mientras gemía su nombre a un volumen suficiente para darse cuenta que no tenía idea de que la máquina había dejado de sonar.

JiMin cayó rendido a un lado en cuanto JungKook también se corrió y sus respiraciones pesadas se hicieron una que luego se volvieron risitas por la locura que habían cometido.

—Me encanta lavar ropa— comentó JungKook arrimando JiMin hacia el para luego abrazarlo.

—Diré que abríste la lavadora andando y por eso te grité.

—Es buena justificación para mí.

Jungkook levantó su brazo hasta alcanzar la sábana que JiMin había dejado encima del mueble y los cubrió a ambos con ella.

Y durmieron bajo aquella sábana, que de seguro luego debían volver a lavar, pero aquello era trabajo de unas cuantas horas más.

[day two: laudry day]