I See Everything White

I.

No recordaba lo doloroso que era sentir como algo que amas te lástima.

Me levanté de la colchoneta, me acerqué a apagar la música del programa de televisión que estaba escuchando y me senté a consolarme al borde de la cama. Me dolía la mano, seguro me había lastimado un tendón.

Desde bebé conocía el dolor. Nací en una tierra olvidada en África. Yo saliendo del vientre y mi madre muriendo; ella (a quien nunca conocí, ni por una foto) me había abandonado con horas de nacida.

Quien llevó el parto fue una amiga de mamá, una mujer negra; ella me trasladó a el centro de adopción más cercano y allí me dejó.

Pasé ocho meses en dicho lugar, sin muchos cuidados ni atenciones.

Una señora quiso adoptarme, pero a buena suerte, las personas del pueblo la conocían por bruja y por dicho historial que la acusaba de desapariciones de bebés y niños, así que le negaron la petición a pesar de que ellos sabían que era mucho mejor darme, ya que había muchos niños y el lugar estaba sofocado, pero solo decidieron ser lo más humanos posibles, pues, si me hubieran dado a ella, hubiera muerto seguramente.

Un día bastante, bastante soleado, mi madrina (Quien era una chica joven que cuido de mí), decidió sacarme a tomar un rato el calor del sol. No soporté más de tres minutos, mi piel se quemó y tarde en dejar de llorar. En nuestro pequeño refugio no habían los materiales para curar mis heridas, a causa del bajo higiene que había, mis heridas se infectarían rápido y bueno, pronto moriría, pero, una familia de turistas me salvaron de mi agonía.

Ellos eran tres turistas curiosos, que habían tomado el riesgo de explorar la extensa África sin un guía (¡Qué locura!) , el caso fue que ellos se toparon con el refugio, con la intención de pedir unas direcciones, pero su curiosidad creció al ver la cantidad de bebés y niños que habían en el refugio. Mi madrina les pidió ayuda para salvar mi vida y les presentó mi cara; les gustó mucho mi color de piel y mis ojos. Teresa me tomó en sus brazos, con cuidado de no lastimarme y me observó de cerca, me incomodo un poco y comencé a llorar. Los extraños turistas se quedaron esa noche y al día siguiente se habían largado. Mi madrina, me daba por muerta, pues la herida estaba algo desagradable ya, pero los turistas anteriores volvieron con medicinas y ungüentos para mi piel y en tres días estaba curada y cicatrizada gracias a su caridad. Ellos se habían presentado como La familia Sprayberry. El final fue que ellos decidieron adoptarme, y con gusto me entregaron a ellos, aunque tuvieron que pasar por varios papeleos con el gobierno Africano y con la fundación oficial del país para ser adoptada legalmente, en menos de un mes era una Sprayberry, y tenía nombre: Home Sprayberry.

Fue algo difícil acostumbrarme a el nuevo entorno, cuando llegué a la casa de mi nueva familia tenía nueve meses y medio, y además tenía retraso de lenguaje, con ese tiempo sólo sabía decir una palabra, cual para los Sprayberry era algo desconocida: Marula (Se trataba de una rica fruta africana, con una curiosa combinación de sabores). Pero con el tiempo me acostumbre a mi nuevo hogar, y tenía una plena confianza a Teresa y Félix, quienes me enseñaron a llamarlos papá y mamá, y ellos también aprendieron poco a poco acostumbrarse a mí y a mi enfermedad.

Aunque para Charlotte, que es mi hermanastra mayor, fue algo complicada mi llegada. Para ese tiempo ella tenía 6 años mayor que yo, y ella no entendía muy bien todo eso de la adopción y de que estaría permanentemente con ellos, además no la tomaron en cuenta referente a traer una personita nueva a la casa, y ella en realidad no estaba de acuerdo con su nueva hermaba.

En mi primer año, mis padres hicieron una pequeña fiesta, con pastel y amigos cercanos de Teresa y Félix. Para todos yo era más una atracción que un bebé, y a Charlotte le molestaba demasiado toda la atención que recibía. Se negó a bajar a la reunión y a verme, pero Félix la obligó a bajar y se la pasó mal, tan mal que comenzó a llorar en plena fiesta y así ellos se dieron cuenta que su verdadera hija estaba sufriendo, así comenzaron a ser más comprensivos con ella.