Camino por las calles de éste pueblo, las que alguna vez formaban mi rumbo diario, hay tantas cosas que han cambiado y en muy pocos años.
Mucha gente que ha dejado esta vida ó simplemente el pueblo y otros tantos que han llegado.
Casas y casas, gente que no reconozco.Me paro frente a la casa donde solía vivir mi mejor amigo, único amor.
La veo y casi puedo sentir que él va a salir a abrirme la puerta si le grito, me siento a contemplarla un rato, recordando los días que pase ahí, las risas, las lágrimas, las conversaciones eternas.
Todo parece tan lejano y a la vez es como si aún pudiera entrar a jugar videojuegos después de la escuela, me quedo ahí hasta que la puerta se abre y me cae la realidad en la cara como un golpe cuando veo salir a una persona que no conozco.Me levanto como quien se cae y se golpea fuerte estando sólo, empiezo a caminar con el alma en el suelo y una sensación de pérdida.
Recuerdo entonces los días en los que solo vagaba con mis amigos, riéndonos de mierda sin sentido, no importandonos nada.
Quisiera volver a eso, tan simple, tan bueno, pero las cosas no son como antes y yo ya no tengo dieciséis años.
Casi podría odiar a todos por cambiar, al tiempo por pasar, a mi por envejecer y al pueblo por no ser el mismo de siempre.Pero la vida no funciona así.
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Corazón.
RandomUn puñado de palabras salidas del mismo, un montón de pensamientos de una joven y algunas historias cortas.