-Moriría por tí.
-No. No lo necesito, eso es basto, absurdo y cobarde.
No lo entendía. ¿Cómo no se había asombrado por esa acusación? ¿Como esos ojos azules no brillaron al oír esas palabras tan poéticas?
-Morir por amor es dejar todo lo que quieres por una persona.
Su pelo negro caía perfectamente en cascada a ambos lados de su cuello.
-Vivir por alguien es arriesgarlo todo. Es como...
El chico recapacito, levanto la cabeza y la miró.
-Morir por alguien todos los días.
Ahora sí, sus ojos azules brillaron como el reflejo del amanecer en el agua.