Algo que no esperaba

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Pensaba escribir mi vivencia del sábado pasado, pero Dios en su misericordia y fidelidad hoy me hizo ver también su mano en mi vida.
Estaba en la facultad, tenía un exámen. Tenía que aprobarlo si o si para la promoción. Estaba nerviosa, el fin de semana y estos días estuve ocupada en las cosas de Dios. No había tenido tiempo de estudiar, tenía que hacer al rededor de 20 ejercicios, ya que uno de esos iba a ser el que me iban a tomar pero no tuve tiempo sólo me alcanzó para leer lo teórico.
De todos esos ejercicios logre hacer dos y a medias. Estaba esperando a que se hiciera la hora ya que nos dieron un tiempo para las consultas, mientras todos discutían sus dudas con los profesores, yo me limitaba a ser una espectadora, viendo como todos hacían sus ejercicios sin dificultad y yo no sabía ni cómo interpretar la consigna.
Fue frustrante, nunca me fue mal en el estudio, y verme en esa situación de no saber prácticamente nada fue horrible. Salí del aula y fuí al baño, entre y me senté con la espalda apoyada en la puerta y me largue a llorar, estaba triste, angustiada y decepcionada de mi misma. Y aunque sabía que Dios estaba conmigo, sentía temor y se lo dije.
En la oración le confesé al Señor que si fuera por mí, no me interesaba sabía que esto era como nada, que estimaba más el poner mi vida en servidumbre y no me arrepentí  de haber estado ocupada en sus asuntos pero muchas personas tenían confianza en mí y no quería fallarles me había comprometido a ser excelente en el estudio. Le dije que hiciera su voluntad, que si aprobaba Gloria a Dios por eso, y si no lo hacía aún Más Gloria Par Él! Con todo me refugié en su amor y en su misericordia y fidelidad. También le conté lo que sabía fue gracioso... Le estaba contando fórmulas matemáticas al Señor!!! Le enseñaba lo que sabía de matemáticas al creador de las matemáticas! Verdaderamente  irracional. Me levanté y mientras hablaba con el Señor para que me ayudara con esto esperaba a que mi cara ya no mostrara que había estado llorando. Cuando ya me sentí mejor salí del baño y fuí directo a mi asiento. Al lado mío estaba mi compañera Elenor, y casi que estaba en la misma situación que yo, pero ella logró ver todo lo teórico y no sólo leerlo si no pasarlo a papel de su puño y letra. Pensé que estaba en mejores condiciones para afrontar el exámen, pero de todas maneras le pregunté cómo se sentía, con una expresión de duda en su rostro me dijo bien, pero ya no está en mis manos,  la entendí y ella me devolvió la pregunta, le dije que estaba decepcionada de mi misma, preguntó ¿por qué? Pero le dije que no quería llorar. De concentró en sus apuntes y dejamos de hablar.

Siento mi bolsillo vibrar. Saco el celular del mismo y veo que recibí un mensaje de Tomás, mi líder de la iglesia. Hoy había reunión a las seis en casa de mi Pastora para organizar un servicio especial, él quería saber si debía pasar a buscarme
- No- le dije - voy en colectivo directo desde la facultad-
Como respuesta recibí + cierto, ahora es una universitaria+
Quería que la tierra me tragara, me sentía la peor universitaria
- lamentablemente -
+ No digas así. Es un esfuerzo, pero vas a recoger tu fruto.
-Sí, lo creo, pero es difícil. Me está costando- Fue lo único que pude decir.
+Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.
Salmos 126:5-6. Soplo vendrá para vos, no desmayes.+

Y ante esas palabras, guarde mi celular nuevamente en el bolsillo justo cuando el profesor nos anunciaba que debíamos de empezar a guardar las cosas y prepararnos para el exámen. Nos hicieron cambiar de lugar a muchos y dejar un asiento entre un alumno y otro por lo que tuve que dejar a Eleanor e irme unas filas atrás mientras pensaba ¡vaya ironía, no sé nada, probablemente entregue el exámen en blanco y piensan que voy a copiar o peor aún, que van a copiarme!

El aire acondicionado me estaba matando, en esa nueva ubicación se sentía muy frío, pero no se si tiritaba más por los nervios o por el frío en sí.
Había llegado el momento, me entregaron la hoja con el ejercicio, no era ninguno de los que había logrado si quiera leer. Pero ví un gráfico conocido, me pedía su ecuación...era algo que yo sabía calcular. Increíblemente pude hacer el primer punto aunque mi letra parecía la de niño de jardín con lo vacilante que era el trazo. Luego leí el inciso dos, también sabía calcularlo... Y así con cada uno hasta que había terminado todo. Para las líneas finales el temblor ya se había esfumado y el dolor del corazón también. Puse mi nombre en sus hojas y la entregue a la profesora.
Saludé a Eleanor con un gesto y me fuí.
No sabía si gritar, llorar, enojarme, sonreír era una mezcla de emociones tremenda. Pero una cosa tenía segura, que esa exámen no lo hice porque justo sabía lo necesario.
Dios me ayudó, Él me socorrió, estuvo en mi mente, en mi mano temblorosa, en mis lecturas del teórico, en mi frustración, en Él baño tras la puerta escuchandome... Él estuvo en cada momento, vió mi corazón, no desamparó a su hija.
Y eso fue lo que más me impactó, que a pesar del miedo y de la incredulidad. Él por amor decidió ayudarme.
No creo en las coincidencias.
Ni el la sabiduría del hombre.
Creo en Dios
Por eso hoy lo elegí a Él... ¿vos?

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⏰ Última actualización: Apr 05, 2018 ⏰

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