My fantasy

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El sol de la mañana pegaba en su rostro, sus ojos perezosos se negaban a abrirse y el despertador no dejaba de sonar.

Jeongin se negaba a salir de la cama esta mañana en especial. Toda la noche la había pasado llorando por lo sucedidó con el principe, recordando cuando lo conoció, las calidas sonrisa que compartieron, las cientas de veces que sus labios se tocaron. Lloró tanto hasta quedar dormido.

Simplemente presentarse hoy en el palacio sería una mera tortura, pero, a quién queria engañar pensando que alguien como Hyunjin iba a fijarse en él, un simple periodista. Sin embargo, sabía que esa nota valdría oro para la compañia en donde trabajaba y no podía desperdiciarla ahora, igual tendría que mantener su empleo sin importar lo que pasara.

El taxi que abordó lo llevó con rápidez a su destino, pero las manos le pesaban para algo tan sencillo como llamar para que abrieran.

Los minutos para tocar parecieron horas, horas que se vieron interrumpidas por un perfecto vehiculo negro que se aparcaba detras de él obligandolo a voltear y dejando ver una silueta que de este descendia.

--- Oh, joven Yang, Qué lo trae por aquí tan temprano? --- Seokjin, quien era chofer de la familia lo había reconocido sin ningun problema --- Sus visitas suelen ser Jueves y bueno, hoy no es ese día muchacho --- Habló mientras abria la puerta traserá de la limosina.

--- Yo lo he sitado hoy, Jin --- Con perfecta vestimenta, Hyunjin salió del auto para volverse a su chofer, dejando a un Jeongin sin aire y con un pulso acelerado --- Tú sabes que es al único de prensa al que esta familia le tiene confianza, compañero --- Sonrió convenciendolo.

--- Adelante muchacho, entra, el Joven Hyunjin irá en unos minutos --- Habló el mayor de los tres haciendo un ademan para que pasara.

El menor volteó la mirada a Hyunjin, quien le sonrió en asentimiento haciendo que sus pies se movilizarán al despacho de siempre perdiendose de la vista de los otros dos.

--- ¿Estás seguro de lo que vas a hacer, niño? --- Jin tomó el saco del principe y sus demás cosas del cofre del auto.

--- Muy seguro, Jin. --- Respondió recogiendo sus propias maletas en la mano.

[🌙🌙🌙]

El despacho estaba vacio como siempre, libros por todas partes y un escritorio de cedro, que emanaba un olor delicioso, se posaba en el centro de la habitación.

Sus ojos viajaron por todo el lugar y sonrió burlesco al ver que nada de esto se parecía un poco a lo que tenía en casa. Una simple mesa donde trabajaba en sus notas, unos que otros libros de periodismo en una silla a su costado y cientos de papeles de redacciones mal hechas por doquier.

Tan ironico pero tan real

Suaves pasos sonaron por el pasillo y sus manos comenzaron a sudar de un nomento a otro.

Las puertas del despacho se abrieron dejando ver a aquel deslumbrante principe ante sus ojos, tan perfecto e inalcanzable como siempre lo fue.

--- Me alegra que hayas venido --- Sonrió --- Temía que no aparecieras hoy por aquí --- Habló invitando al más bajo a que se sentara.

--- Vengo porque es mi trabajo, joven Hyunjin. Y si usted me está ofreciendo esta oportunidad no podía negarme a aceptarla --- Soltó Jeongin comenzando a sacar su cuaderno y una grabadora para comenzar, pero una mano sobre la suya le impidió seguirlo haciendo.

--- Innie, quiero que me acompañes al jardín. Prometo que contestaré lo que quieras, pero acompañame ahí --- El principe sonrió tomando su mano entre sus largos dedos guíandolos hasta aquel lugar.

[🌙🌙🌙]

Aquel jardín era una sueño para quien lo viera, tan grande, tan impeuto, tan hermoso que los ojos del menor brillaron al acariciar las flores.

Con el permiso de Hyunjin tomó algunas fotográfias de aquel bello lugar, uno que quiza jamás volvería ver.

Por un momento se olvidó de a que había venido, simplemente se encontraba observando la pequeña fuente que adornaba el centro, el gran camino que le llevaba a la entraba y el inmenso árbol de cerezo que siempre fue su favorito, desde que lo vio por la ventana del despacho todos estos años.

--- Sabes, siempre supe que el árbol de cerezo era tu favorito de todos --- Afirmó Hyunjin sentado bajo la sombra del mismo y con el menor a su lado --- Tus ojos brillaban cuando lo veias... Ahora mismo lo hacen, y se ven hermosos --- Susurró ganandose un sonrojo del más bajo.

--- ¿Podriamos simplemente acabar con esto? --- Exclamó sin rodeos el de ojos felinos --- Quiero ir a casa pronto --- Culminó.

--- ¿Y si yo no quiero que esto termine? --- El periodista miró con duda al mayor --- ¿Qué pasa si yo no quiero dejarte ir, ni ahora ni nunca? Si quiero tenerte tan cerca de mi siempre... --- Sus rostros se acercaron tanto que podían sentir sus respiraciones mezclarse --- No quiero que te vayas de mi lado, sin importar lo que mi padre diga de un tonto matrimonio, te quiero junto a mí, eso es lo que quiero --- Sus labios se unieron en un beso dulce, cálido y tan puro que Hyunjin supo en ese momento que jamás había estado tan seguro en la vida.

El aire faltó y sus labios se separaron mostrandole la mejor vista de todas; Jeongin con los labios rojos y las mejillas rosadas. Definitivamente lo mejor de su existencia.

--- ¿Recuerdas que te dije que te daría la nota de tu carrera hoy? --- Jeongin asintió aún sin palabras

Hyunjin mostró su más deslumbrante sonrisa mientras rebuscaba en su bolsillo derecho un aterciopelada caja roja.

--- Yang Jeongin, desde el momento en que tus ojos llegaron a mirarme no pude evitar caer rendido ante tí como lo estoy ahora... Y puede que suene tonto y cursi, pero no me importa, porque tú me haces sentir así: Un tonto enamorado--- En un delicado movimiento se arrodilló ante el menor quien sorpresivamente se pusó de pie en un fracasado intento de alejarse --- ... Cásate conmigo... --- Sus largos dedos abrieron la pequeña caja dejando ver un delgado anillo de oro blanco con tres diamantes incrustados en él.

Jeongin no sabía si llorar, o correr en este momento. Su corazón iba a mil por hora y su mente divagaba como en una prueba escolar. Hyunjin estaba frente a él, de rodillas y pidiendole matrimonio. El amor de su vida tenia un anillo frente a él y no podía estar más feliz.

--- ¿Qué te parece ser la portada de los proximos diaros con este anillo en tu dedo? --- El principe habló con nerviosismo al no tener respuesta --- Por favor, no me rechazes --- Soltó dejando ver al menor la angustia que estaba pasando ante el silencio que había mantenido.

Las piernas de menor fallaron dejandolo caer de rodillas, las lagrimas calleron de sus ojos al sentir el anillo deslizarse por su dedo y sus labios por fin se abrieron para hablar.

--- Sí, si quiero casarme contigo --- Sus delgados brazos rodearon el cuello del principe, quien no tardó ni un segundo en rodear la cintura ajena.

Sus ojos se hayaron una vez más, tan sutil como la primera vez que lo hicieron. Sus labios se tocaron con dulzura y sellando una promesa eterna.

Al diablo la princesa elegida, al diablo su papá y el resto del mundo. Jeongin era un simple periodista sin lujos, sin riquezas, si, pero era la persona que Hyunjin quería en su vida, sin importarle el precio que le cueste.

Royal Love & Society™ [HyunIn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora