Capitulo 1

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Una noche fría de diciembre fue mi perdición aquel año, estaba subida en un columpio junto a mi mejor amiga hablando sobre las cosas de la vida.

-Supongo que a Laura le estará yendo bien con el chico que ha conocido- decía mi mejor amiga. Mientras yo escuchaba pero apenas prestaba atención, hacía menos de una hora que había discutido con una familia que siempre te hunde, solo quería llorar y aquella mejor amiga a penas me conocía y que jamás ha llegado ha conocerme, pero eso es otra historia.

-Ey ¿Me estas escuchando?- Me preguntó Dania- La mire vi que tenia en la pantalla de su LG una foto de mi amiga con el chico que había conocido. Vi que en esa foto se le veía mejor que la que Laura me había enseñado aquel lunes pasado.

LUNES:

Llegue a clase medio dormida y tras un fin de semana de estudiar, no hacer nada y estar acojonada del mundo con una frase en mi cabeza "estoy bien" siempre en mi mente, aquel día no quería hablar con nadie, sentir, sonreír, quería alguien a mi jodido lado que de verdad me entienda, solo tenía gente interesada en mi vida ni siquiera mis amigas eran amigas de verdad y con el paso del tiempo me daría cuenta. Ni Dania ni Laura eran mi consuelo.

Vi aquella chica castaña entrar en clase, ya que era mi compañera, y la vi sonreír feliz, viva, hacia mucho tiempo que no la veía sonreír verdaderamente no después de aquel gilipollas que le había destrozado lo poco que le quedaba de adolescencia, la había machacado psicológicamente. Pensé que se había vuelto a enamorar y no me equivoque para nada:

-Gen mira- me dijo Laura y vi la pantalla de su teléfono, vi un chico moreno, de ojos café con una sonrisa que hace que te vuelvas a sentir viva, que te sientas en casa, que seas una guerrera entre tanta mierda y quieres declarar al mundo que has encontrado al amor de tu vida.

Por primera vez sonreí y quisiera ser yo aquella chica abrazada por la cintura de aquel chico tan bonito, su sonrisa declaraba que en él los problemas habían sido gordos y sonreía para hacerse más fuerte ante todos, me vi reflejada en él, sentía mi cuerpo flotar por aquella sala con solo pensar en su sonrisa todo el día, me hizo cambiar mi punto de vista por toda la semana, tuvo algo que me cautivo, me lleno de vida, me hizo pararme los pies, me hizo ver que sigo aquí por alguna razón y quise luchar hasta el fin de mis días.




Tras esa foto pude verle en persona en la oscuridad de aquel parque mientras aquella chica castaña lo cogía de la mano y por dentro me sentí celosa de una simple mano que podía acariciarle, desde aquel día no dejaría de soñar con una vida cerca de él. Lo que no sabría es que lo perdería un año después.

-Hola- dijo Virgo- Yo soy el chico tan famoso que ha conocido Laura- Y se echó a reír, Dios joder me sentí una musa, un ángel que vuela sobre su voz.

Eso fue lo primero que pensé al oírlo reír. Dania bajo y yo admití tener miedo a las alturas:

- ¿Quieres que te ayude? - Me dijo Virgo alzando su mano a mi altura y no me lo pensé dos veces, quería sentir aquella calidez que desprendía. Le di aquella mano blanca, temblorosa, y con ganas de morir. Sentí de golpe un calambre en la parte baja de la palma de la mano y por un segundo nos conectamos, miré aquellos ojos del aquel cabrón que tendría mi alma para toda su vida.

Me sonrió y después me ayudo a bajar, apoye mi otra mano en su hombro, tenía pinta de ser alguien fuerte tanto de alma y de físico. Baje y nos fuimos andando hacía a la casa de aquel chico a cenar. No vivía muy lejos de aquel parque y siempre fingiré que nunca encuentro aquel portón pero sé perfectamente donde esta, a día de hoy conozco incluso esas sabanas, el olor particular de aquel tio al que duele mirar, oir y no poder besarle, tocarle tal y como desearías y tener que seguir fingiendo que todo esta bien.

Subimos las tres hablando como un corrillo de gallinas y mi amiga Dania y yo dijimos:

-No tiene culo- a la vez y nos echamos a reír.

-¡Eyyy! Que sigo estando aquí- dijo virgo y se dio la vuelta para mirarnos con esa sonrisa llena de amor y diversión de la cual jamás me olvidaría. Cuando entre allí vi aquel desordenado piso, había como cuatro habitaciones, en una ponía el nombre de la pequeña de la familia, en otro el de el mismo en rojo, vi que allí seguramente solo viviera dos hombres y una niña, el comedor no era un gran comedor pero suficiente para estar una familia sentada, había un portátil, una pequeña estantería con algunos libros, al lado de la tele otra con fotos y enredos donde se podía admirar un bebe y dibujos, detalles típicos del día del padre, arriba en otra leja encima de la tele estaba él en otro marco, luego en mitad de aquel caos había una pequeña mesita de color madera de pino con trastos de la pequeña, él los quito y sonrió una vez más.

Estuvimos por más de una hora riendo, hablando, divirtiéndonos, Laura no lo dejaba tranquilo y él empezaba a sentirse incomodo, la verdad es que Laura siempre fue un poco ligera en la adolescencia.

Aquella noche recuerdo ir en el coche de los padres de Laura, mirar por la ventana mientras dibujaba en mi cabeza su sonrisa, mientras soñaba con los ojos abiertos respecto a una vida a su lado, hasta el día de hoy no me he hecho ilusiones nunca por que sabría que podría perderle y jurar que volver a mirar esos ojos café dolería en lo más profundo del alma. Aquella noche comenzó mi vida de insomnio, no podía dejar de verlo rondar por mi mente, siempre quise mentirme a mi misma y pensar que yo no sería nada en su vida. Joder quien me iba decir a mí que se convertiría en un pilar de mi vida que sería donde me sujetaría cada noche mientras lloraba al otro lado de la pantalla y tampoco sabría que todo esto sería tan correspondido o más.

Una semana después de aquello a Laura le habían comido la cabeza sus padres dejo escapar a aquel chico tan maravilloso de su vida, "si yo fuera ella no lo sacaría de mi vida" me dije para mis adentros en aquel aparcamiento mientras Dania y Laura se reían de él recuerdo todo lo que él conto de su vida y como ellas lo humillaron, os prometo que por mi cabeza paso pegarles dos ostias a cada una, ¿Cómo se pueden reír de alguien que esta sufriendo? Ojala hubiera sido yo aquella chica que conoció en aquel evento de noviembre, maldigo cada día un poquito a la Gen de aquel año por haber dicho que no a sus amigas por miedo a la gente. Imaginad que yo hubiera estado en aquel lugar rodeada de gente fingiendo reírme, que entre tanta gente se parara el mundo a mi alrededor y lo viera de lejos riendo con esos amigos tan extraños que se han convertido con el paso de los años en las personas que me hacen reír verdaderamente. La verdad es que te hubiera amado tanto como te amo a estas alturas, no me hubiera enamorado a primera vista de ti, quizás de tu sonrisa, pero de ti tremendo hijo de puta hubiera puesto todo mi empeño por pasar días en cualquier lado pero contigo, conociéndote, para así poderme enamorar de tu personalidad un poquito antes, por que yo no busco tu personalidad en otro hombre, te busco a ti y eso temo que sigues sin comprenderlo a día de hoy, que sepas y tengas una cosa clara que vengo del pasado para decirte que te quiero, que el mundo lo hacemos nuestro cuando quieras y que seguramente te hubiera elegido a ti, incluso en otra vida.

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2019 ⏰

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