Min YoonGi: el típico chico guapo y estupido que cree que al tener a una linda chica a su lado lo hace 100% heterosexual.
Park JiMin: El típico chico lindo, afeminado y gay de la escuela, piensa que con su gran personalidad y cuerpo puede atraer a...
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Solté mi celular y comencé a reír bajito al recordar los mensajes que le había mandado al chico de cabellos color negro. YoonGi es tan ingenuo, tan asustadizo, tan gay. Me levanté de la cama soltando un gran bostezo y me decidí a caminar hacia mi armario para escoger la ropa que usaría ese día, porque hoy no era un día cualquiera, ¡claro que no!, hoy es el día en que cambiaría todo, veré a YoonGi y el me verá a mi. Me vestí lentamente mientras que en mi mente pensaba en varias cosas relacionadas con aquel chico. Me miré al espejo y arreglé mi cabello dejándolo un poco despeinado, coloqué un poco de mi labial favorito de sabor a cereza, ¿irónico no?. Tome mis llaves y me dispuse a salir de mi casa y me dirigirme a la universidad.
Al llegar a mi destino, me adentre en ella y comencé a caminar a mi salón, a lo lejos observé al chico pelinegro , el cual se encontraba sacando cosas de su casillero. Una pequeña sonrisa apareció en mis labios al pensar en lo que estaba apunto de hacer. Pasé a lado de el y con voz burlona dije-eres tan gay y ni te gustan los chicos-susurre lo demasiado bajo para que solo el escuchara. Reí al ver su expresión de molestia y me retiré de ahí, retomando mi caminata al salón de clases.
(...)
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Mi humor este día no era el mejor del mundo,los mensajes de aquel chico pelirosa me dejaron pensando. No podía creer la gran idiotez que había hecho aquel día en esa fiesta, el alcohol no es mi mejor amigo que digamos, pero según HoSeok, yo me encontraba en mis cinco sentidos cuando me decidí en ir con aquel chico y besarlo, vaya mierda.
Me encontraba en mi casillero, había llegado temprano a la universidad y aproveché aquel tiempo para sacar algunos cuadernos de materias que tendría este día. Estaba tan concentrado buscando un cuaderno que no me di cuenta que mi desgracia paso a mi lado, hasta que lo escuché hablar. -eres tan gay y ni te gustan los chicos- fije la mirada en aquellos libros que se encontraban dentro del casillero asimilado aquellas palabras. Hice puños mis manos y los apreté haciendo que mis nudillos se tornaran blancos, ese maldito mocoso. Solté el aire que tenía retenido y cerré mi casillero de un golpe, asustado así a las personas que se encontraban alrededor. Tomé camino a mi salón de clases hechando humo por todos los orificios de mi cuerpo. Este día a empezado de la peor forma.
