La pistola, el tiro, el PUM y el casi beso.

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Capítulo 44

Tyler entró encabronado al apartamento y se sentó en el sillón cubriéndose la cara con las manos, estaba asustado también, yo lo entendía perfectamente; si no fuera por mi súper excusa de que estábamos cumpliendo una fantasía sexual lo hubieran encerrado en la cárcel por violador. Digamos que lo condené y lo salvé en menos de una hora. Me senté a su lado tímidamente y puse mi mano en su pierna pero la quitó rápidamente dándome a entender que estaba más que enojado conmigo.

Y sí, me tenia merecido que él se enojara, yo también estuviera enojada conmigo misma, de hecho yo ni siquiera fuera mi propia amiga, creo que me odiaría.

-Tyler...

- ¡No me hables!

-No te enojes conmigo, por favor -pasé mis manos por su cintura aunque se opusiera a eso y lo abracé fuertemente, recargando mi cara en su brazo. Él quitó las manos de su cara pero no me abrazó, ni siquiera me tocó.

- ¿Cómo quieres que no me enoje contigo? Eres una loca.

-lo sé, soy una maniaca estúpida.

-Sí, si lo eres -negó con la cabeza- ¿Qué les dijiste?

-Que... -me separé de él y lo miré a los ojos para ver su reacción- tú y yo éramos novios y que cómo estábamos solos por la calle se nos ocurrió hacerlo ahí en el callejón... Y que como yo tenía una fantasía de ser violada me puse a gritar como loca, bueno eso último lo iba a decir pero el señor me dijo que me callara antes de que lo pudiera decir.

-Tú estás mal de la cabeza, en serio -masculló mirándome seriamente, se quedó quieto un segundo y después empezó a reír suavemente- no puedo creer que te creyeran esa estupidez.

-bueno, quizás era tan estúpido que era creíble, si le hubiera dicho que te dije que lo hicieras porque creía que nos venían siguiendo no me hubieran creído

-demonios, Sam. No voy a volver a sacarte de la casa ¿Por qué no eres normal? ¿No puedes estar tranquila un momento sin hacer algo tonto?

-En realidad no, no puedo -torcí la cara y tomé mi bolso, tenía que decirle a Tyler lo de la pistola en ese momento que ya estaba enojado. -Y... bueno hablando de que no puedo estar tranquila sin hacer algo tonto...

-oh no... ¿Qué más hiciste? Dime que nada ilegal-me miró preocupado.

-eh... No creo que sea legal -murmuré, metí la mano y suspiré antes de tomar la pistola y sacarla. Tyler me miró con la boca abierta cuando se la enseñe -me robe un arma.

- ¡¿POR QUÉ?! ¡Maldición! -gritó realmente fuerte, y yo que había pensado que ya no podía estar más enojado. Bueno, me equivoqué.

-Es que, hay un punto en mi lista... -empecé a decir, pero Tyler negó otra vez y pasó sus manos por su cabello tratando de controlarse. Me sentía como si le estuviera diciendo aquello a mi papá. -El punto es... Disparar un pistola y pues si no tomaba esta pistola jamás hubiera podido conseguir otra, la devolveré en cuanto dispare, de verdad.

-No puede ser -torció la cara y se dejó caer en el sillón sin saber que más decir.

Yo tomé aire después de unos segundos de silencio y agarré la pistola con ambas manos sujetándola como había visto que lo hacían en las películas, apunté a la televisión y metí mis dedos donde iba el gatillo.

De seguro esta cosa ni tiene balas.

-deja eso Sam, algo te va a pasar cómo siempre...

-cállate Tyler, no seas tan negativo -lo regañé virando los ojos; le di vuelta al arma y la acerqué a mi cara para verla bien, jamás había visto una en vivo. Era fascinante.

The Bucket ListDonde viven las historias. Descúbrelo ahora