Kate andaba con pasos firmes y seguros, la sonrisa a cuestas y sus ojos llenos de ira. "Eh tú, ven aquí, ya". Miró a Adrià y supe que algo no iba bien por su tono de voz, pero me echó una mirada que me hizo entender que lo que pasaba no tenia nada que ver conmigo y decidí no darle vueltas.
-Mira, no me caes bien y me prometí a mí misma apartarme de ti, pero la tía esa lleva llorando toda la noche y no pienso dejar que me arruine la fiesta. Tienes dos opciones, o vas tú dónde ella y le cuentas la verdad o se la cuento yo. Y te aseguro que no pienso callarme ningún detalle. Tú verás, pero no quiero escuchar más los llantos de una niñata.
-¿Qué más te da que llore? Cuéntaselo tú. ¿No es tu amiga? Pues eso.
-Ni es mi amiga ni tengo intención de que lo sea. Pero si tengo que ir yo a decirle que eres un capullo y que te has intentado enrollar con otra se lo digo. Ahora tú decides.
Adrià se quedó pensando por un momento y en seguida le contestó que sería él quien le dijese la verdad a Soph. Suspiró y fue hasta las escaleras en las que ella y sus amigas estaban sentadas.
-Soph, ¿podemos hablar?
Se secó las lagrimas y se acercó a él.
-¿Qué quieres?
-Escúchame Soph, no sé por qué hago esto pero tengo que decirte la verdad. Me han contado que llevas llorando toda la noche y pese a todo no me gusta verte así. Ya te lo dije en su momento... No me gusta aferrarme a nadie, era muy difícil que llegase a sentir algo fuerte por una chica... Y aunque lo he intentado no he conseguido verte como algo serio. Te he cogido mucho cariño y estos 8 meses contigo han sido fantásticos, pero ya está...
-Pero no te has enamorado.
-No como tú hubieses querido. Te advertí de que era un chico complicado y que te haría daño...
-¿Qué ha pasado Adrià? Hace meses eramos felices juntos, y desde hace unas semanas no me miras con los mismos ojos.
-Me he enamorado Soph. Lo siento, me he enamorado de otra persona. De alguien que jamás imaginé. Me ha calado hondo y hace que pierda el sentido por ella... Sé que no te mereces esto, pero quiero serte sincero y que dejes de sufrir, porque sin duda no te lo mereces.
-El chico que no podía querer ha terminado enamorándose... De otra.
-Yo...
-Tranquilo Adrià. Ojalá te vaya bien con ella, ojalá ella si sepa darte lo que yo no pude.
-Sé que esto no te va a aliviar el dolor ni nada, pero, si te sirve de consuelo, me he enamorado de la única chica que jamás se enamorará de mí. Esa es la realidad, estoy loco por alguien que no se fijaría en mí ni aunque fuese el único hombre sobre la tierra...
-Pues entonces lo siento. Ya te tocaba sufrir.
Los dos se despidieron y Adrià volvió con sus amigos. Poco duró su estancia con ellos, a los 10 minutos había ido en búsqueda de Kate.
-No es justo Kate. No lo es.
-¿El qué?
-Que yo haya tenido que decirle la verdad a Soph y tú a Marc no.
-¿Qué verdad Adrià? Yo no le debo nada a nadie.
-¡Pero él sigue queriéndote!
-¡Y Soph a ti y has intentado enrollarte conmigo! Quizá quien debería darle explicaciones a Marc eres tú. Yo no soy así, ¿sabes? Ya te lo dije una vez... No quieras meterte en la boca del lobo.
Adrià miró a Kate, suspiró y sin poder remediarlo, comenzó a llorar como un niño pequeño. Kate se acercó a él y le dio un abrazo, pero ni siquiera eso le servía de consuelo.
-Venga, vamos a dar una vuelta Adrià. No quiero que te vean así...