Midnigth Segunda parte de In The Darkness

Capitulo 2 "La fuerza de la maldición"

Me quede totalmente impactada por la confesión de Harry, mientras la sed crecía, quemaba mi garganta, solo un dolor se le podía asemejar, cuando la oscuridad solía salir de mi.

- Ayúdame - Susurre sintiendo como el aire abandonaba los pulmones.

- Tranquila - Harry acariciaba mi cabello - Será rápido - Me aferre a su cuerpo desnudo, mientras sentía un fuego desconocido arder por todo el cuerpo.

Frente a mis ojos vi pasar toda mi vida, mamá, Zayn, todo lo vivido en Oslava, Harry, Athan... Papá, hasta que una visión se cruzo por mi mente.

Estaba parada en un lugar que no recordaba, parecía ser una especie de campanario. Una luz me dio directo en el rostro.

Parecía ser el sol, me fue acercando hasta asomarme por un hueco, me quede completamente muda.

Frente a mis ojos estaba la visión más extraña de todas, nubes como algodones por todo el lugar.

Había ángeles volando el lugar, más allá a la distancia se encontraba una puerta, donde se escuchaban algunas voces.

- ______ - Esa voz. Me die vuelta y lo vi.

- ¡Papá! - Corrí hacia sus brazos.

- Tienes que salir de aquí.

- ¿Por qué? - Pregunte con lagrimas en los ojos

- Los ángeles quieren destruir a la humanidad, a los híbridos y condenados.

- ¿Condenados? - Pregunte algo nerviosa

- Al parecer quieren destruir a los vampiros, Lycans, ángeles caídos, sobre todo a ti y a Harry - ¿Por qué siempre tengo que pasar por esto? - Deben encontrar el libro, para así poder encontrar el poder de los ángeles.

- Te extraño - Dije haciendo caso omiso a sus palabras. No puedo con esto, simplemente la idea de luchar contra algo que estaba fuera del mundo terrenal me espanta.

- Lo sé cariño. Pero debes ser fuerte - Acaricio mi mejilla. Al instante las imágenes de la niñez abordaron mis recuerdos.

- Fuiste un gran padre - Lo abrace con fuerza.

La luz se fue apagando hasta el resplandor de una vela. El fuego ya se había apagado, dejando en mí algo inexplicable.

- Esta hecho - La voz de Harry sonaba más hermosa y aterciopelada de lo que recordaba.

Los ruidos se hicieron más agudos, su piel era más tersa y ahora podía sentir la calidez de sus manos por mi cuerpo.

Por fin abrí los ojos para encontrarme entre las penumbras solo iluminado por unas cuantas velas. Un rayo de luz de luna entro por el ventanal.