12 - Dime que sí

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Cuando no estáis todo es más difícil, el amor con la intensidad adecuada nos atormenta.

***

Se metió en la casa algo más relajada. Subió a su habitación y entró en el baño. Aquel vestidito plateado la ahogaba, echaba de menos su falda y su ligereza, no es que se viera horrible pero ir tan ajustada nunca le había agradado. Se mojó la nuca y arregló el maquillaje. ¡Vaya, todo había salido bien! La gente estaba contenta, Hyeyeon parecía feliz con la participación de sus padres y todo marchaba como realmente debía de salir. Bien. Respiró profundamente y se peino, oyó la puerta de la habitación cerrarse y dudó.

—¿Hola? —dijo desde el baño—. Ya voy...

Salió del aseo. Seokjin estaba de pie delante de la puerta. Se quedó inmóvil sin decir nada y cuando lo vio girar el cerrojo frunció el ceño.

—¿Qué haces?

—Cerrar la puerta —sonrió sutilmente y luego avanzó hacia ella—, así nadie nos molestará.

—Seokjin... La gente espera y...

—La gente sabe cuidarse sola. No te necesitan para nada.

Se colocó frente a ella y le pasó las palmas de las manos por los hombros bajando delicadamente por los brazos hasta casi rozar sus manos.

—Haz conmigo lo que quieras —le susurró—. ¿Recuerdas lo que dijiste?

Soomin tensó las facciones y se movió algo incómoda.

—Sí, lo recuerdo, Seokjin.

Sintió como deslizaba los tirantes de su vestido y los dejaba caer delicadamente.

—¿Qué se supone que debo hacer contigo, Soo? —dijo suavemente.

—No sé qué me pasó, realmente estaba... estaba excitada y esas cosas suelen decirse cuando...

Pasó la mano por detrás y deslizó la cremallera. Su espalda quedó al aire, sintió como sus yemas la acariciaban con cuidado y abrían el vestido, que empezó a caer.

—Comprendo —repasó sus pechos, su cintura y las finas braguitas de raso que tapaban su sexo. Rozó con las yemas el centró de su monte y notó la humedad bajo ellas.

—Seokjin...

—Dime, Soo —acarició sus pezones y pellizcó ambos con los dedos—. Dime...

Soomin se quedó en silencio. Iba a decirle algo pero apenas recordaba el qué. Colocó ambas manos en los extremos de las braguitas y empezó a bajarlas muy despacio. Se agachó y observó su monte de venus, rasurado, finamente enmarcado entre sus piernas. Lo besó y pasó la lengua por su clítoris haciendo que Soomin pegara un bote.

—Supongo que debo de excitarte... —la susurró pasando la lengua de nuevo por él— para conseguir de ti una entrega... tan extrema...

—Oh, Seokjin, por favor no sigas... no. No es eso...

Enmarcada en sus sandalias plateadas y con las braguitas a juego por debajo de las rodillas parecía un retrato, sintió un leve escalofrío por el cuerpo y otra vez su lengua pasó con maestría desde el centro de su sexo al clítoris. Seokjin se incorporó, le cogió la cara con una mano y tras besarla clavó sus dedos dentro de ella lentamente.

—Ahora, repítemelo... una vez más, Soo...

—No...

Los movió dentro y volvió a meter la lengua en su boca.

Torments » Kim Seok Jin; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora