En proceso...

La fortaleza

<< Estando sentada bajo un árbol, veía como el sol por primera vez no me causaba repudio alguno, ni quemaba la piel pálida que tanto me encantaba, teniendo en mis manos papel y lápiz, sentí tanta serenidad, que me dispuse a escribir.

Una mirada de ternura te hace brillar los ojos, una de amor te llena más que tu esencia, también la de compasión te hace sentir esperanza y dulzura...

Seguí, seguí hasta notar el espléndido lugar que me encontraba, no me había dado a la tarea de recorrerlo, deje esas palabras tiradas para avanzar, era tan emocionante caminar con tanta agilidad cual flotar o ser semejante al viento. En el momento me encontraba por un jardín, después de unos segundos ya estaba entrando en esa casa de mis sueños, con colores oscuros y brillantes, estaba enamorada, teniendo los pies descalzos en bata blanca a un estilo algo antiguo, la cabellera suelta.

Tanta libertad era fascinante, sintiéndome la criatura más dichosa, estaba sola ahí y tan llena de vida. Podía notar mi ilusión crecer, entrando en cada uno de los cuartos  poseyendo sus características singulares.
 
-¡sorpresa! brincando al estar entusiasmada viendo delante de una gran mesa, arriba se encontraba un violín, oscuro, prácticamente una obra de arte tallada a mano.

Decidida para tocar una pieza, despegue las manos, mientras en el aire sonaban sin cesar las notas, ritmo tenaz, elevando el cuerpo por los cielos, sutilmente una sonrisa se escapaba, no podía asegurar la sensación, semejante a un transe introduciéndose en la mente que llevaba dormida hace tiempo, la canción, la recordaba perfectamente, ni un solo error ¡oh! eres grande  Niccolò paganini todo un honor tocando Caprice n.° 24

Me sentía la mujer más dichosa en ese momento. Al terminar la pieza seguí por los cuartos, cuando uno me atrajo la atención, entre había una chica, una joven, se parecía bastante a mi.

- ¿quién eres ? creí que estaba sola en este lugar.

-Hola, no me reconoces, entonces ve a un espejo.

- No puedes ser yo, eso es una tontería.

- No exactamente tú, soy algo como una consciencia, o un residuo que decidiste guardar al no enfrentar tu dolor. ¿Ya es tiempo no crees?

- Tonterías es lo que sale de tu boca.

- ¡puff! ya viene la negación de nuevo, creí que seria más divertido. Por algo estas aislada en el lugar, ¿notaste algo extraño?

- Si, aquí todo es perfecto.

- Bueno, no estas lejos. Recuerda... estabas mal... esas voces hablando de ti.

- ¡Rayos! Debo despertar aunque me gustaría quedarme.

-Descuida, te quedaras por un largo rato, pero están a punto de despertarte, así que cuídate.

La miré con algo de miedo, se veía tan extraña, ¿ese era mi reflejo? >>

Escuchaba a penas el sonido de mi corazón, apenas latía, algo de zumbidos en mis oídos, poco a poco el cuerpo fue respondiendo.
Los ojos, abrirlos era una pequeña lucha, observe el  entorno, era un lugar grande, yo estaba en una cama, ningún indicio de donde pudiera estar, pues era un lugar distinto, los objetos, todo era más parecido al de una casa.

El silencio inundaba el lugar, estaba confundida, empecé a recordar esa voz, de un tal Marcos.

-Marcos...¿Marcos?... ¿quién es?..recuerda.. me lo dije una y otra vez para ver si algo se me venia a la mente.

Tantas preguntas, no conocía el lugar, el tiempo, Marcos, ese chico o joven hombre porqué quería que estuviese en el sitio.

Respuestas eso quería me daba igual lo que pasara conmigo, pensaba una y otra vez la situación. Con la voluntad de mi ser, moviendo las piernas y enseguida lo que faltaba, alejándome de la cama, caminando con lentitud siendo torpe, tenía tanta sed.

- Un poco de agua- susurrando apenas por la complicada reincorporación de mi cuerpo.

- Oye ¿qué haces tratando de andar como si nada?

Asustada, mire a un costado de mi hombro, ahí estaba un joven hombre.

- Tu..t

- Mi nombre es Iván, pasaba por aquí para saber de la nueva huésped, ¿sabes? no es común que traigan personas.

- Entonces ¿qué hago aquí?, yo estaba en mi habitación y...

Interrumpiendo lo que decía de manera fría.
- Él te quería enseñar algo, sigue sus reglas, al parecer tienes algo especial para ese joven.

- ¿Y tú? ¿no me ayudaras a salir? esto fue casi un secuestro.

- Si te soy sincero no me incumbe, aparte, ¿realmente deseas volver a lo que consideradas basura?, recuerda tu patética vida, ¡aaa! eres molesta.

- ¡Tu no me conoces, ni tampoco mi vida!

Cada vez me ponía más alterada y estando agotada no podía defenderme.

- Espera, debes volver a la cama, te vez pálida.

- ¡Iván! ella esta de pie, debe descansar, salí un momento ¿qué te pasa?

Era una voz nueva, me parece conocida.

Sentí que me sujetaron, cargaron rápidamente y me pusieron en la cama, todo eso mientras me inyectaban, al no dejar de patalear, no alcance a ver su rostro, no podía contra él.

Escuche susurros que se desvanecían nuevamente.

- Quiero estar yo cuando vuelva a despertar, debe entender por mis palabras que lo hago...

Su voz me reconfortaba de alguna manera, no había salida y sin embargo sentí alivio.

<<Nuevamente me encontraba en el lugar soñado. ¿Podía acaso gustarme estar aquí? >>