Prólogo.

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Se dirigía como siempre a su trabajo el chico de ojos rojos y cabello púrpura, confiado, con una sonrisa en el rostro esperaba impaciente restregarle a Carlos en la cara su hazaña.

"¿De qué se trataba?" Para entenderlo mejor, primero explicaremos en qué trabajaban ambos muchachos. Ellos eran figuras públicas.

Hace unos años había surgido la necesidad de crear un empleo donde, tan sólo cediendo tu consentimiento para que usaran tu cara y tu nombre a su antojo, se te pagara. La idea sonaba genial, mayormente este negocio era administrado por dibujantes, que buscaban a su musa ideal para presentarles al público, también se les conocía como "personajes".

Sin llevaba años trabajando como figura pública en Happy's Cafe, era conocido como la mascota de la pequeña corporación, y al ser  popular, era bien pagado. Conforme Happy's Cafe iba creciendo, la dueña de éste decidía ir incorporando nuevos personajes para tensar un poco la competencia.

Pero nunca había tenido que compartir o defender su puesto, no hasta que llegó "él". A la directora de Happy's Cafe se le ocurrió la magnífica idea de publicar varias encuestas donde le preguntaba a sus inversionistas, seguidores y admiradores qué tipo de nueva cara querían en su trabajo. El público habló, y luego de revelar las respuestas, se dio la tarea de buscar a una persona que encajara con las expectativas.

"Carlos Alfonso Campos de la Trinidad." —El sólo hecho de escuchar ese nombre tan largo le parecía ridículo a Sin, es por eso que al nuevo se le llamaba con cariño "Carlitos".

Un joven un poco más bajo que Sin, de piel pálida y cabello albino, gafas redondas y ropas pastel goth, unos bellos ojos producto de su heterocromía. Ese era Carlitos, quien había encajado perfecto en las características del puesto, así que era amado por la gente. Fue tanta su popularidad que tan sólo llevando unos días en Happy's Cafe, varios dibujantes independientes aportaban a la compañía retratos de él, lo que aumentaba su popularidad, lo que aumentaba su paga. (Llegando casi a la misma suma de Sin)

Esto creó una rivalidad entre ambos, al fin se creía que el pelilavanda tenía competencia. Y ni hablar de sus personalidades, eran tan opuestas que esos dos no se soportaban; Sin molestaba a Carlitos y Carlitos se molestaba fácilmente, no actuaban profesionalmente.

Pero ese reinado había acabado para el elfo, según decía el de la sudadera morada, era el día de revelar al empleado del mes. Llegando a las instalaciones de su empleo, empujó ambas puertas para entrar y encontrar a los trabajadores rodeando algo aparente.

No tenía miedo, se había quejado el día de ayer sobre que lo estaban olvidando sus admiradoras, y ellas que se derretían por el chico, aportaban para subir su popularidad. Trabajadores como Hanna o Nekita-chan, por ejemplo, habían tenido sus pequeños momentos de fama que les subió el salario, pero nunca podrían ganar el título con la competencia que se tenían Carlos y Sin.

Volviendo al presente, Sin se adentró entre la multitud sin pedir permiso o molestarse en disculparse por empujar a alguien, sólo sonrió al ver su foto en la pared. Y luego esa sonrisa se convirtió en un apretón de mandíbula al ver al albino al lado, no lo creía.

—¿Cómo es posible?—Alzó la voz molesto.—El término "empleado del mes" dicta muy bien que es en singular, a uno solo, ese soy yo. ¿Quién puso la foto de ese gafotas a mi par?

—Fue Happy. —Respondió el antes nombrado, caminando hacia Sin mientras los otros sólo observaban, chismeando que seguro habría una pelea.—¿No crees que está mejor así?—Preguntó Sereno.—Eso significa que ya no habrá que concursar más.

—¿Y esperas que me trague eso? ¡Si siempre he sido yo el mejor de aquí!—Afirmó altanero.—Mira esa pared, cuatro ojos, mi foto permanece siempre, ¿Qué haces tú al lado si no tenemos la misma paga?

—El dinero no tiene que ver, en todo caso son las cualidades lo que te otorgan ese título. Y tú... No las tienes.—Esa última oración había sido un murmuro del elfo, casi inaudible al decirlo a través de la bufanda a propósito.

—¿Qué tienes tú que no tenga yo?

Sin arqueó las cejas hacia abajo por un momento sintiéndose menospreciado, no tardó mucho en cambiar esa expresión a una de frustración. Y en ese momento, sintió una punzada en el pecho, fue un impulso el que lo llevó a correr hacia Carlitos y tomar con fuerza su suéter, diciéndole en voz baja tantas cosas que pudieses imaginarte.

Carlos no se quedó atrás, harto de la actitud de Sin, tuvo una sobrereacción y le dio cuerda al capricho del otro, empezando estos a discutir de tal forma que pareciera que iban a darse a puños.

Ahí fue cuando los demás intervinieron y separaron a los dos.—¡No necesitamos más heridos, no después de Hanna!—Se escuchó de parte de alguien, pero no se podía determinar si era en tono burlesco o serio.

—¡Soy mejor que tú!

Gritó finalmente Sin, sintiendo una mano que tocaba su hombro desde atrás. Giró levemente su cabeza y vio a su jefa, estaba en ptoblemas.

Jugando a ser novios. [SinCar] [Sin x Carlitos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora