Te confieso que cuando me hace el amor pienso en ti, y deber de ver sus ojos para no decir tu nombre, pensando que eres tú. Confieso que cuando me acaricia suelo pensar en tus manos rozando mi cuerpo y debo abrazarle fuerte para no decir tu nombre, sintiéndote a ti. Y cuándo me besa y estamos a punto de estallar por la pasión debo decirle que me encanta y gemir su nombre para poder callar el tuyo.
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LA VIDA
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