Capitulo 4

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Él solo se alejaba cada vez de mí. Traté de detenerlo por detrás aferrándome con fuerza a su chaqueta.
—¡Por favor no me dejes!— Caí al suelo de lo débil que me encontraba y comencé a sollozar. Pase mi brazo fuertemente por mi rostro para limpiar las lagrimas.— Siento ser así... Solo por favor, detente...—
Me dio la impresión que se detendría, sin embargo, dio un paso con mayor fuerza para que así lograra que lo soltara de una vez por todas. Simplemente ya no podía moverme más, vi cómo poco a poco su figura comenzaba a borrarse en la lejanía. Me desplomé en el suelo llorando y maldiciendo.
Sonó mi alarma; se trataban de las 7:45 a.m. Mire por un largo momento el techo mientras intentaba reflexionar lo que acababa de ocurrir en mi sueño. Limpié un hilo de saliva que se encontraba en mi mejilla con mi antebrazo y me levanté de la cama para poder sentarme en el borde de la cama. Froté mi ojo derecho para poder despertar del todo mientras me decía a mí misma: »Vaya mierda, ¿Eh? Sigues pensando en él después de todo... «.
En ese momento sonó fuerte y repetidas veces el claxon de un auto, lo que provocó que saltara un poco del susto. Me levante de la cama para poder asomarme a la ventana y averiguar a qué idiota se le había ocurrido la maravillosa idea de despertar a todas las personas del vecindario tan temprano. Abrí la ventana y al ver de quién se trataba hice los ojos en blanco. Me apresuré a ponerme un pantalón, cepillarme los dientes y así salir. Bajé rápidamente los escalones, inclusive llegué a saltar algunos. Joder, casi me caigo. Abrí la puerta del edificio y me acerqué a la ventana del conductor de este auto.
—Buenos días, dormilona.— Marshall me saludó con una gran sonrisa mientras bajaba el cristal.
—¿Qué te pasa, hombre? ¿Acaso quieres que los vecinos vuelvan a quejarse conmigo por tu alboroto?— Le contesté con un tono serio. Me percaté de que Marshall se encontraba con Susan y ella solo me sonrió.— Buenos días, Susan.
—¡¿Qué?! ¿Por qué la saludas a ella y a mi no?— Marshall volteo a ver a Susan.— Sin ofender, cariño.
—Me debes una explicación.
Marshall volteo a verme un poco fastidiado y comenzó a tocar el volante con sus dedos.
—Se supone que pasaríamos por ti para ver acerca de la organización del salón, Winniefred.
Me sorprendí demasiado al escuchar eso y traté de esforzarme lo máximo posible para hacer memoria.
—No te preocupes, Winnie, no hay ninguna prisa. ¿Cierto, mi osito?— Susan volteo a ver a Marshall y le besó la mejilla varias veces. Yo, como siempre, arrugué un poco la nariz.
Le hice señas a Marshall mientras Susan lo seguía besando para informarle que regresaría a mi departamento. Él asintió con la cabeza, y se acercó a Susan para abrazarla y besarla.
Esta vez subí los escalones despacio. No deseaba regresar tan pronto y verlos aún besándose... Finalmente, llegué a mi departamento, me cambié de ropa, y antes de salir, tomé mis llaves y mi cartera.
Cuando finalmente llegué de nuevo al auto de Marshall, abrí la puerta trasera, me senté en el asiento y me desplomé en el para poder acostarme.
—Qué adorable es nuestra hija, ¿no es así, cariño?— Marshall tomó la barbilla de Susan delicadamente con una mano mientras que con la otra arrancaba el auto con la palanca de velocidades. Soltó a Susan, puso las manos en el volante y me miró por el espejo retrovisor.— ¿Estás lista para nuestro viaje en familia, pequeña?—
Yo solo contesté enseñándole el dedo de en medio. Empecemos con "nuestro viaje en familia".
Al igual que Marshall, Susan estaba apunto de graduarse de la universidad. Ya que ella pertenece a una gran familia acaudalada, pudo tener el dinero suficiente para celebrarlo en grande. Unas semanas antes durante el descanso en el restaurante, Marshall me pidió ayuda ya que deseaba que lo aconsejara de la mejor manera posible para que tomara las mejores decisiones junto con Susan. Deseaba principalmente que ella lo pasara mejor que nadie durante la fiesta. Yo accedí, y durante varios módulos libres en la universidad me quedé con ellos tomando los apuntes necesarios.
Durante el camino, Marshall y Susan solo se decían sus empalagosos apodos, mientras yo me distraía viendo la ventana por debajo ya que me encontraba acostada. Seguía preguntándome cómo pude haber olvidado que tenía un compromiso con los chicos; no deseo excusarme, pero no desperté de la mejor manera...
Puse mis manos sobre mi nuca y decidí cerrar por un pequeño momento mis ojos. Inmediatamente, el estruendo del azote de la puerta de Marshall me despertó. Nuevamente trataba de comprender dónde me encontraba cuando Marshall abrió mi puerta.
—Ya llegamos, Winnie.— Me levanté para poder sentarme y miré a Marshall un tanto confundida. Vi hacia mi izquierda y se encontraba una gran tienda de vestidos formales para fiesta; a mi derecha únicamente se encontraba un puesto de pizza. Me ofreció la mano para bajar y yo lo tomé un poco débil.
—¿Comeremos pizza primero antes de llegar al salón? Me alegro, no desayuné por tu culpa.— Miré a Marshall sonriente.
—El salón lo dejaremos para después. Te regalaremos algo debido a tu apoyo, eso es lo que haremos.— Marshall cerró mi puerta y avanzó hacia la gran tienda de vestidos junto con Susan abrazándola de la cintura. Yo los seguí estando a un lado suyo. Al llegar a la puerta, Marshall la abrió cediéndonos la entrada por lo cual agradecimos. En seguida una señora de aproximadamente más de 45 años salió del mostrador y abrazó con todas sus fuerzas a Susan. Susan correspondió, y después de un largo abrazo y numerosos besos en la mejilla, nos presentó a ambos con la cariñosa señora. Se trataba de la tía de Susan, y ella nos apoyaría principalmente con nuestro atuendo y los adornos en el salón.
—Mi nombre es Stella, y soy la tía de Susan. Encantada de conocerlos, queridos.
Nos llevó hacia el vestidor, y ahí pasamos alrededor de 2 horas. Para mi fue una eternidad; estaba sumamente hambrienta, y a consecuencia de esto, no dejaba de rugir mi estómago.
Susan entraba y salía de los vestidores con un vestido diferente, mientras yo daba mi opinión sobre cómo se le veía. Marshall por el momento, intentaba familiarizar con su tía. Susan volvió a entrar y Marshall se acercó junto a mi para sentarse en el sillón en donde yo me encontraba sentada.
—Si te pruebas un solo vestido, compramos la pizza.— Me miró sonriente y yo lo miré con furia. No necesitaba pasar vergüenza enfrente de él, pero en verdad deseaba esa pizza.
—Te arrepentirás de esto.— Lo miré entrecerrando los ojos y señalándolo con mi dedo, me levanté del sillón en cuanto vi a salir a Susan nuevamente del vestidor. Marshall pudo ver cómo me acercaba a Susan mientras le susurraba al oído. Ella inmediatamente tomó mi mano emocionada y me metió a otro vestidor.
Me encontraba muy nerviosa, y sostuve con ambas manos el vestido que se supone que me pondría. Paseaba dentro junto con el de un lado para otro. Estaba reconsiderando la idea de al final sí podría quedarme con hambre.
—Winniefred.— Me llamó Susan desde afuera.— Ya pasó bastante tiempo, ¿pasó algo?
—Me he encariñado tanto con este extraño lugar... ¡Creo que viviré el resto de mi vida acá dentro! Solo traigan comida, por favor.— Le respondí.
Susan y Marshall rieron.
—Creo que alguien morirá de hambre allá dentro, Winniefred. ¿Recuerdas nuestro trato?—
Respire lentamente tratando de controlarme, me miré una vez más en el espejo, y mi reacción fue como la esperaba, inmediatamente desvíe la vista, así que salí del vestidor.
Mire muy nerviosa a los chicos y ellos solo se quedaron boquiabiertos, sobretodo Marshall.
El vestido que estaba usando era largo de color negro, y tenía manga larga. Su escote era en forma de "V"; en el encaje de la parte de abajo tenía ciertas flores de un color rosa pastel. Era extraño, pero me agradaba usarlo.
—Tienes suerte, porque te acabas de ganar dos pizzas.— Respondió Marshall cuando finalmente había salido de su etapa de shock.
—¿Ya puedo quitarm...?—
—Primeramente, ¿te gusta el vestido?— Me interrumpió Marshall.
—Supongo que si... Es bastante bonito.— Frote mi cuello tímidamente.
—Ese es nuestro regalo, querida.— Susan me sonrió, se acercó a mi y me abrazó fuertemente.

WinniefredDonde viven las historias. Descúbrelo ahora