Bakugo vs the tentacle

20.1K 1.1K 1.6K
                                    



"Veamos, analicemos con calma la situación...Bakugo, justo ahora, frente a mí, está siendo... molestado por tentáculos."

...

.....

........

"Dios, qué buen día para estar vivo." Kirishima sacudió la cabeza "¡No! ¡Concéntrate! ¡Concéntrate! Necesito rescatar a Bakugo."

Era difícil hacer cualquier cosa, sus brazos y piernas estaban inmovilizados por una especie de baba que había endurecido y ahora era como un super pegamento que, aún con su quirk, no podía romperse.

—¡Joder! ¡Suéltame puta cosa asquerosa! —gritó Bakugo, que como estábamos diciendo, justo se encontraba bajo el ataque de esos extraños tentáculos.

Los tentáculos inmovilizaron sus extremidades, ejerciendo tal presión que a duras penas podía manifestar chispas en sus manos, era imposible crear una explosión que pudiera sacarle de ese problema. Estaba a mereced de esas asquerosas cosas babeantes, que, no contentas con tenerle inmovilizado ahora estaban empezando a explorar su cuerpo. Era la sensación más desagradable y humillante que jamás había experimentado en toda su vida (que no era muy larga, pero aun así...); para empeorar todo su estupido compañero no hacía nada para ayudarlo, ahí estaba, sin hacer nada, viendo todo.

—¡Deja de mirarme maldita sea! ¡Si no vas a ayudarme no lo disfrutes!

—¡N-No lo estoy disfrutando! —mentira— ¡Estoy intentando encontrar alguna salida! —mentira.

—¡¿Y entonces por qué carajos estás duro pedazo de imbécil inútil cabeza de pene?!

Kirishima no había notado que estaba duro, estaba demasiado ocupado disfrutando de la desafortunada y maravillosamente conveniente, escena casi pornográfica.

Los tentáculos, que parecían ajenos a los gritos entre ambos chicos, decidieron colarse bajo la ropa de Bakugo. Unos partieron directo a sus genitales, enrollándose alrededor de su falo, acariciándolo y llenándolo de un liquido viscoso en cantidades abundantes, todo el traje de Bakugo estaba húmedo gracias a esa repugnante viscosidad. Los otros tentáculos fueron a su pecho, donde empezaron a deslizarse y acariciar los pechos de Bakugo. Kirishima observaba embobado, no podía creer la forma erótica con la que esos tentáculos tocaban el pecho de Bakugo... ese maravilloso pecho bien definido, masculino, abundante e invitante. Kirishima debía admitir que a veces se le quedaba viendo a Bakugo cuando se cambiaba, y nunca escapaba de su visión como los perfectos pezones de Bakugo parecían alzarse orgullosamente, con esa forma y color tan maravillosos, casi gritando: ¡Vamos, ven y juega con ellos!

Kirishima entendía que era un pervertido, uno de primera categoría.

Bakugo parecía querer gritar otra cosa, cuando de pronto otro tentáculo se introdujo en su boca, abarcando tanto espacio que Bakugo no podía usar su mandíbula siquiera para morder aquella cosa en defensa propia. El tentáculo se movía ligeramente, entrando y saliendo, golpeando su garganta con la punta.

"¡Oh! Parece como si Bakugo estuviera dando una felación... ¡Uhg! ¡Qué envidia me da esa cosa!", pensó Kirishima, que bien habría dado un brazo con tal de estar en el mismo lugar que aquellos tentáculos, tocando desvergonzadamente el escultural y varonil cuerpo de Bakugo, profanando su boca sin piedad alguna y... ¡¿Corriéndose?! ¡Joder esa cosa tenía agallas! Kirishima observó como el tentáculo parecía removerse, y por la comisura de los labios de Bakugo resbalaba el excedente blanco producto de aquella cosa. Parecía querer toser, pero era imposible, por lo que tuvo que tragarlo todo y respirar por la nariz. Una vez satisfecho el tentáculo le dejó ir, permitiendo a Bakugo recuperar su respiración por medio de jadeos desesperados.

Las tetas de Bakugo vs el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora