El día de tu muerte

la culpa

—Buenos días Post! Tienes visita.

Escucho la voz de Anastasia retumbando en mi cabeza mientras abre las persianas y la luz del sol se esparce por toda la habitación, me sentía algo mareada y perturbada por el efecto de las pastillas, no solía tomar nada de lo que me recetaba el psiquiatra  pero pasar tantas noches sin dormir no era bueno para nadie, así que en ocasiones solía pedirle a Anastasia una pastilla para dormir.

—Visita? Pregunte algo extrañada.

—Si Post, tus tíos han venido a verte, hoy es tu cumpleaños numero 18, acaso lo has olvidado?

Mi cumpleaños no era algo relevante para mi, en realidad era una fecha que me lastimaba demasiado, no tenia razón alguna para celebrar, al contrario, había deseado muchas veces que esa fecha nunca llegara, pero esta vez era diferente, cumplir 18 me daba la libertad para cortar con este encierro y este dolor que ha estado atado a mi por tantos años.

—Si es cierto! Las pastillas me dejan tan adormitada que por un momento lo olvide. Afirme mientras me frotaba los ojos algo confundida.

Anastasia traía con ella un pequeña torta de avellanas con una hermosa velita de colores en medio.

—Pide un deseo Post!
Dijo mientras sus ojos se tornaron algo llorosos y sus mejillas tomaron un color rojizo.

Anastasia me amaba tanto como yo a ella y en sus ojos se veía toda la nostalgia que su corazón sentía en ese momento.

Cerré los ojos con fuerza y pensé en lo que mas anhela mi corazón, pedí con toda mi fé ser feliz, muy feliz, tan feliz como cuando ellos estaban conmigo, sople la vela y abrí nuevamente los ojos, mire a Anastasia con todo el amor que siempre había sentido hacia ella, las dos sabíamos que a partir de hoy todo cambiaría.

—Feliz cumpleaños mi pequeña Post. Dijo Anastasia con ternura mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla derecha.

—Gracias! Seque sus lágrimas y luego la abrace firmemente.
Anastasia apretó una de mis mejillas y lanzo una mirada de ternura antes de irse.

Me levante de la cama rápidamente, me mire al espejo analizandome a mi misma mientras llegaban miles de recuerdos a mi cabeza, cerré los ojos con firmeza para liberarme de todo aquello que me atormentaba, entre al baño y me di una ducha rápidamente.

Cuando ya estaba lista salí y camine hasta el jardín donde me estaban esperando mis tíos, el solo echo de verlos me atormentaba de forma desconcertante, pero esta vez tendría calma, tenía que mantener el control.
Estaban sentados en una banca que estaba en el jardín, apenas llegue se levantaron rápidamente y me abrazaron de forma hipócrita mientras me deseaban un feliz cumpleaños.

Era repugnante sentirlos tan cerca, no trate de escapar de sus brazos como acostumbraba a hacerlo, esta vez deje que su hipocresía reinara ante mi.
Di las gracias y los mire de forma cortante.

—Querida Post, hemos venido a traerte esto para que lo firmes, no estas muy bien aun y alguien tiene que seguir haciéndose cargo de los negocios mientras sales de aquí. Dijo Janna con una sonrisa en el rostro.

Janna era la hermana de mi padre, siempre había sido una aprovechada, nunca hizo nada por si misma, era cruel, fría y lo peor! Era muy poco inteligente, sin embargo era astuta. Con ella venia Adrián, su esposo, el a comparación de ella era menos hueco, a miles de kilómetros se podía notar que el era la mente macabra de los dos, era el quien estructuraba los planes y ella los ejecutaba.
Ellos nunca habían sido unas persona grata a mis ojos, pero aun así los toleraba.

Me entregaron unos documentos, los leí cuidadosamente, en ellos decía que Janna seguiría siendo la encargada de manejar mis vienes hasta que recuperara mi estabilidad mental, sabía que ellos no dejarían que saliera de aquí, intentarían seguir comprando a los médicos para que me declararan incapaz de manejar mi fortuna y encargarme de mi misma.

Levante la mirada, la mire justo a los ojos y dije firmemente mientras le entregaba los documentos. —No firmare nada!
Me di vuelta para irme, hasta que su voz irrumpió mi partida.

—Dejaras que se pierda todo lo que mi hermano con tantos esfuerzo construyo durante tantos años? Algo que tu misma acabaste cuando lo mataste.

Cerré los ojos con fuerza para tratar de mantener la calma y no explotar sobré ella, volví  hasta el lugar en el que estaba y la mire nuevamente con tanto odio y rabia que estoy segura de que se podía ver el infierno en mis ojos.

—Asesina eso es lo que eres, tu mataste a tus padres, los mataste! Dijo Janna mientras lloraba de manera tan falsa que me dieron ganas de abofetearla.

Supe mantener la calma, no me provocaría esta vez como siempre lo hace.

—Tu y yo sabemos que eso no fue mi culpa Janna, jamas le haría daño a los seres que mas he amado en mi vida. Dije firmemente y con la mirada tan fría y encendida que aterraría  a cualquiera.

Me marche del jardín tan rápido como pude para no golpearla de la impotencia que sentía con solo verla, muchas veces contuve tanto las ganas de matarla que terminaba  haciéndome daño a mi misma, pero esta vez no atentaría ni en contra de ella ni mucho menos contra mi.

Me fui directamente a mi habitación, apenas entre busque debajo de mi cama el computador que tenia escondido ahí, entre al baño para que nadie me viera, rápidamente le envíe un mensaje a Rodrigo.

—Estoy lista! Es hora de escapar.

Rodrigo no tardo en responder, me envío un mensaje donde me daba instrucciones precisas de lo que tenia que hacer para poder salir del psiquiátrico esa misma noche, leí el mensaje unas cuantas veces para tener claro lo que tenia que hacer, daríamos inicio al plan justo a las 11:11 pm  mientras todos dormían.

Para comenzar mi fuga aún falta mucho tiempo, así que decidí detenerme a pensar, necesitaba recordar eso que tanto me descontrolaba.

Me habían culpado de la muerte de mis padres tantas veces que llego un punto en el que creí que era cierto, no los mate! Nunca logre entender como sucedió ese maldito accidente, pero recuerdo muy bien el momento en que desperté en un hospital y Janna estaba al lado de mi cama, seguramente esperando que despertara, me miro fríamente, pero esta vez mas que siempre, sus ojos estaban vacíos, al igual que su alma, de su boca salieron las palabras mas cortantes e hirientes que nunca nadie me había dicho, dijo con fuerza que mis padres estaban muertos y que yo había sido la culpable, recuerdo cuando me llevo a la sala donde estaban los cuerpos frios, sin ningún rastro de vida, sin nada de ellos ahí, algo totalmente inerte.

No podía evitar llorara cada vez que recordaba ese momento que por mas que intente olvidar estaba segura que jamas  se borraría de mi memoria. Me pregunte tantas cosas, no dejaba de pensar ¿que había sucedido?¿como paso? ¿porque justo el día de mi cumpleaños numero 15? Si se suponía que iba a hacer el mejor día de mi vida, los amaba tanto, que no logre acostumbrarme a la idea de que no estuvieran, aun peor me había metido en la cabeza que nunca iba a perdonarme el echo de que yo era la culpable.