Avery: Los orígenes.

capítulo dos: Locura y respuestas.

Existe una sensación de nostalgia que nos persigue cuando, recordamos años pasados, sensaciones, olores, lugares que nos trasladan a la infancia durante un rato.
Mientras Grace caía al vacío de la mano de una desconocida sintió el cálido recuerdo de su madre acariciando su cabello, recordó los fuertes abrazos que le daba papá al llegar a casa y como su casa olía a chocolate y pan en la navidad.
Al caer, se sintió en casa por un momento hasta que un dolor desgarrador le cubrió el brazo y se hacía cada vez más fuerte.

Y de un momento a otro, sonó un golpe seco en el suelo.
Agarrándose el brazo abrió un poco los ojos.
Grace se creyó loca.
--Mierda, aquí no es donde deberíamos de haber llegado, he fallado de nuevo. Al menos estamos cerca.
-- ¿Estoy en el cielo?-- preguntó desorientada.
--Mierda, ¡tu brazo! Espera aquí, iré por ayuda, no tardo.
--No, no me dejes...
Ya había desaparecido.
Era un valle, rodeado de montañas todo era verde, magistral con un lago y rodeado de una ligera neblina.
¿Cómo era posible? Se suponía que debía de haber caído al pavimiento.
El dolor de su brazo se extendía hasta dejarla sin fuerzas para sostenerse.
Dentro de poco llegó una mujer de mediana edad con cabello rubio pálido, al ver a Grace en paso el semblante de su cara cambió.
-- ¡Layla!-- gritó-- te he dicho que tomes atención a las curaciones, mira su brazo. Eres una descuidada...
La voz de la mujer se iba perdiendo en la mente de Grace que nuevamente se desvaneció a causa del dolor.

Tuvo sueños muy raros, soñaba que iba al instituto, que llegaba a casa y estaban sus dos madres allí la biológica y la adoptiva la recibian con los brazos abiertos.
Soñó con volar por los cielos cual ave y sentir el viento en su cabello.
Con nadar por los el ancho óceano y con trapar el más alto de los árboles.
Hasta que despertó en una pequeña cabaña, la chica de cabello blanco estaba frente a ella.
--Me diste un buen susto, parece que ya te sientes mejor.
-- Si..si ya estoy mucho mejor.
--Bueno, debes levantarte, hay mucho que enseñarte, novata.
Quizá por todo lo ocurrido Grace no se había dado cuenta hasta ahora de que...
-- tus ojos son... como los míos-- dijo Grace.
-- No te confundas, los míos son uno amatista y uno miel. Tenemos rangos distintos tu tienes uno verde y otro azul, son colores y dones corrientes.
--¿Eh? ¿Qué quieres decir?
-- Agh, yo no sé por qué siempre debo de traer a los novatos si no tengo paciencia. -- Resongó mientras golpeaba su cabeza contra la palma de su mano.
--¿Quieres explicaciones? Vamos por explicaciones-- gruñó alterada la chica del cabello blanco.
--Espera, espera. Primero, ¿Podrías decirme tu nombre? Y quiero agradecerte, hiciste mucho por mi.
-- Vaya, eso es nuevo, soy Layla y por lo que pasó, tranquila estoy para ayudar... en cierta manera.

-- ¡SEÑORITAS! Entró gritando la señora de la vez pasada --Veo que te sientes mejor-- Continuó señalando a Grace.--Es hora de explicarte mucjas cosas, pequeña pero primero vamos a tomar una taza de té, ha sido un día muy largo.