El Amor No Es Para Siempre [ONE SHOT]

El Amor No Es Para Siempre

Fue una cálida tarde de verano cuando le vi, iba con sus amigos y yo con los míos, nos miramos durante un largo periodo de tiempo y me sonrió, una extraña corriente atravesó cada parte de mi cuerpo. Lo supe, me había enamorado, el típico "flechazo" en el que nunca había creído, ahora lo entendía. Sin poder evitarlo mi cuerpo actuó por si solo y caminaba hacia él, me ruboricé, aún no sabía qué iba a decirle pero él se adelantó.

-Hola- me dijo sonriendo.

-Hola- le respondí yo, colocándome a su lado.

Estuvimos hablando toda la tarde, cada segundo que pasaba a su lado incrementaba mis sentimientos hacia él. Habíamos conectado como si nos conociéramos de toda la vida, era algo maravilloso. Se hizo tarde y yo tenía que irme, no quería separarme de él, sólo quería estar a su lado por siempre. Él se dió cuenta y me acompañó a casa, íbamos de la mano, su mano era cálida y me abrazaba un sentimiento de comodidad.

Llegamos a mi casa y le invité a entrar, no estaban mis padres y había una nota colgada del frigorífico: "Hemos salido, no dormiremos en casa. Te queremos, papá y mamá". Eso dejaba la casa entera para mí sola, lo primero que pensé fue en irme a la cama con él. Le hice un gesto para que me siguiera y él obedeció, subimos a mi cuarto y me besó, fue un beso lleno de sentimientos, un beso que nunca olvidaré, tropezamos mientras seguíamos pegados el uno al otro y caímos sobre la cama. Nos fundimos en una noche llena de pasión y deseos, le amaba, le amaba como nunca había amado a alguien.

Me desperté y él estaba a mi lado, le acaricié la mejilla y le besé el cuello, se giró hacia mí y me besó en los labios, me encantaba el sabor de sus besos, tan dulces.

Empezamos una relación y esto se repitió durante unas semanas, unas veces en su casa y otras en la mía. Era lo mejor que me había pasado en la vida y ojalá todo hubiera seguido igual, pero entonces recibí un mensaje suyo, decía: "Cariño, siento que esto sea tan repentino, ven al aeropuerto. Me gustaría verte por última vez".

El corazón me dió un vuelco y salí disparada hacia el aeropuerto. Esto no podía estar pasando, ¿era real? Llegué a tiempo, el avión aún no había despegado y él seguía allí. Corrí hacia sus brazos, "ojalá nunca me suelte y todo sea una broma", pensé. Me susurró algo al oído y se alejó de mí, vi como se subía al avión dejándome sola, bañada en lágrimas de anhelo.

Y aún hoy, aquellas palabras que me susurró resuenan en mi cabeza, destrozándome por dentro, día y noche: "Sé que el amor no es para siempre, pero por favor, haz que nuestro amor sea eterno. Cuando me vaya no me olvides, nunca lo hagas, porque volveré a por ti". Todavía no he perdido la esperanza de que algún día entre por la puerta y me lleve consigo a escribir nuestra propia historia... Juntos, él y yo, por siempre.