cortes...

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Aquí estoy otra vez, teniendo un ataque, solo que esta vez no tenía a nadie que me ayudara Santiago (mi amigo) tuvo que salir de viaje y regresaría pasado mañana, tenía que tranquilizarme, tomar una de mis pastillas y listo
- y porque mejor no te liberas de otra manera??
- no empiezen por favor!! No lo voy a hacer
Cada vez que escucho esas voces me dan ganas de morir pero no les quiero dar gusto lo único que ellas quieren es que yo me haga daño o le haga daño a otra persona.
Mi dolor de cabeza estaba aumentando, mi garganta dolía de tanto gritar de desesperación no podía ya no podía me estaba rindiendo, ya no podía, así que fui a la habitación de Santiago (si vivimos juntos) abrí uno de los cajones que tenía el mueble del lavamanos, y saqué una de sus navajas que usa para depilarse, rompí el envoltorio y me senté en el suelo no quería hacer esto no podía pero en mi interior lo quería.
-No solo tu interior lo quiere

- También tu cuerpo lo quiere, necesita liberar todo ese dolor

- tienen razon, lo necesito, después de esto llamaré a mi familia, una ambulancia y como siempre terminaré en el hospital con una máscara de oxígeno, tendrán que hacerme una transferencia de sangre, además tendré las muñecas vendadas.

Tome la navaja y la acerque a mi muñeca, hice un poco de presión y allí estaba otra vez con sangre en mis muñecas.
Habían pasado al rededor de 40 minutos. Me sentía muy debil, hice un poco de esfuerzo y tome mi celular que con suerte tenía a mi lado, lo desbloquee y llame a mi madre:
-aló- dijo ella de el otro lado de la línea
-ma_ mama necesito tu ayuda- dije con mi voz quebrada y débil.
-que paso Arantza, que hiciste- su voz se empezaba a escuchar preocupada
-vo- volví a cortarme  pe-perdon-
-que??!!, Voy para allá trata de mantenerte despierta-
-tra- trae una ambulancia y trae tus llaves, te quiero mucho mamá-

Fin de la llamada

esquizofrenia: la destrucción de mi mundo interiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora