UshiHina Week

✿ Martes: Celos ✿

Tokio. En plena mañana, las personas comenzaban su rutina diaria, escuela, colegio, universidad, trabajo, paseos planificados, etc.

Y para cierto pelioliva, comenzaba su trabajo como era costumbre. Levantarse a las seis, darse un baño, cepillarse los dientes, ponerse el pantalón gris, pero, antes de proseguir, se fija en cierto cuerpo desnudo que se hallaba tendido en cama, cubierto de solamente una sabana blanca hasta su cintura.

Se acercó, acarició su cabello rebelde y anaranjado, con su pulgar limpia la baba que tenía en su mentón.

Hermoso

— M-mn~ — Ah. Lo despertó, e inmediatamente saco su mano — ¿Wakatoshi? — soñoliento pronunció el nombre de su novio, y este se levantó para seguir cambiandose.

— Duérmete. — arregla su corbata y para finalizar se coloca su saco del mismo color de su pantalón. — Aún es temprano. —

— Pues si, si lo es. — se sienta en la cama y mira el reloj — Seis y media, parece que el arreglarte la corbata tomó mucho tiempo. — río y sólo recibió un "Si" de parte del mayor. Bajo la mirada. — Dentro de un rato me iré a trabajar, hoy entró a las ocho. —

— Está bien. — va por su portafolios y se verifica si no falte nada.

Hinata se levanta y se coloca el calzoncillo que estaba en el suelo, se pone al lado del hombre y toma su mano.

— ¿Qué pasa? —

— ¿Mm? Oh nada. Sólo quería estar cerca de ti. —

— Anoche estuvimos- —

— No de manera sexual, Wakatoshi. — interrumpió el menor. — Quiero estar...hehehe~ no nada. Se te hará tarde, como siempre quiero que te cuides y que tengas un bien día. —

— Gracias. ¿Te espero? —

— Si, me gustaría. Salgo a las siete. — sonrió — una vez que termines de dar tus clases, ven y te servire un café hasta que acabe mi turno. ¿Te parece? —

— De acuerdo. —

— Bien — Como era de esperarse, Hinata fue quien dio el primer paso para un beso de despedida. — Te amo —

— ... — Wakatoshi acarició su cabello. — Adiós. — despidió a su novio por la puerta y luego la cerró.

☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

La puerta se la tienda se abrió dando un tintineo a la campanita.

— ¡Hinata-kun, bienvenido! — habló un peliplata. — Ven que te ayudo. ¿Te abrigaste bien, ¿No? — tomó su mochila y ambos se fueron a los vestidores del trabajo.

— Si mamá. — Y era tierno decirlo, Suga-san era como una madre en ocasiones, bueno en todo.

— Que buen hijito tengo~ haha~ — le siguió la corriente. Era bueno reír por la mañana. — Hoy tendremos a un nuevo empleado. —