Capítulo 6 - El inicio de una historia

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Después de que Joe accediese a ayudarles con el examen de genética y por fin empezasen a entender algo, Jane propuso tomar un descanso y ver alguna serie. Los tres estaban muy enganchados a Stranger Things, así que decidieron ponerse al día. Cuando se dieron cuenta, ya eran las 9 de la noche y tenían que volver a la realidad.

Marcus dijo que se tenía que ir porque su madre había organizado una cena familiar a la que no podía faltar.

- Vaya, y yo que os iba a decir de hacer una fiesta de pijamas -dijo Jane.

- Lo siento, pero no puedo escabullirme de esta cena. Pero podéis hacer esa fiesta vosotras dos -dijo Marcus.

- Bueno, pero otro día lo repetiremos para que podamos estar todos juntos - dijo Jane.

- De acuerdo, me apunto -dijo Marcus.

- Sally, ¿te apetece tener una noche de chicas? -dijo Jane emocionada.

- ¡Claro que sí! Encarguemos una pizza y hagámonos la manicura -dijo Sally.

- Veo que tenéis grandes planes para esta noche, haha. Nos vemos mañana, chicas -dijo Marcus.

- Adiós, Marcus. Qué vaya muy bien la cena -dijo Sally.

- Y qué no mueras de aburrimiento, haha -dijo Jane.

Después de eso, Jane y Sally se pusieron a pintarse las uñas, a hablar de chicos y ver películas.

Hacia las 4 de la mañana, Sally se despertó y cómo no podía dormir decidió bajar a la cocina a beber un vaso de leche. Mientras bajaba las escaleras, se dió cuenta de que las luces del piso inferior estaban encendidas. Y cuando llegó a la cocina entendió porque. En una de las sillas estaba Joe leyendo muy concentrado.
Aún así, Sally se acercó a la nevera para buscar la leche.

Justo en ese instante, Joe se dió cuenta de que no estaba sólo y dijo:

- Veo que no soy el único que no puede dormir -.

- Perdona, no quería molestarte. Es que siempre que no duermo en mi cama me cuesta dormir toda la noche
-dijo Sally.

- No te preocupes. Yo rara vez duermo, ya que sufro de insomnio desde que era pequeño -dijo Joe.

- Ostras, vaya faena. Debe ser muy duro para ti no poder descansar bien por las noches -dijo Sally.

- Pues si, pero al final me he acostumbrado porque no tiene solución -dijo Joe.

Después de pronunciar esas palabras, Sally empezó a preocuparse por Joe. Y no sólo eso... Se dió cuenta que cada vez que la miraba notaba una especie de corriente eléctrica recorriendo su cuerpo.

Además, se puso tan nerviosa por estar a solas con él que no se dió cuenta de que el vaso que tenía en la mano se le había caído al suelo y se había roto en mil pedazos.

Cuando se dió cuenta, se sintió muy avergonzada y enseguida se agachó para recoger los trozos de cristal. Y en ese instante notó que la mano de Joe estaba rozando la suya. Ambos cruzaron sus miradas por un breve pero intenso instante, pero se pusieron tan nerviosos que apartaron la mirada rápidamente. Lo que no sabían es que ese sería el inicio de una bonita e intensa historia de amor.

Todo sucedió en un momentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora