Un discurso conmovedor

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Los días pasaron tan rápido que sin darme cuenta ya era mi cumpleaños, estaba feliz no tanto como cualquier persona en su cumpleaños, pero estaba feliz, no era esa típica sensación de alegría desbordante, que era normal o común, en la cual esa emoción de ser un día en el que el universo gira a tu alrededor , las personas te celebran y todos por alguna razón que no puedo entender te deben hasta la sonrisa, no era tan narcisista, pero tampoco tan apática como para no tomar en cuenta ese día.

Lo que más me causaba emoción ese día era ver a mi padre, y poder escuchar las típicas anécdotas que comentaría a la hora de la cena, esas anécdotas que te recuerdan los tenues momentos de la niñez, esas en el que tu sistema limbico aún funcionaba de manera austera y tu existencia era feliz y apacible, antes de caer en el abismo de la amarga adolescencia, y lo que más me causaba pesar en aquellos días era el hecho de que mi mejor amiga, la que siempre tenía un regalo especial para mi, la que parecía una garrapata pegada a mi en mis días más feliz y también en los más oscuros, no estaría ahí por primera vez en mi vida, de nuevo esa sensación de pena auto-infringida de comparar a mi seres amado con animales o alimañas, mi típica costumbre introspectiva que intentaba cambiar, pues siempre me imaginaba que alguien pudiese escuchar los ecos dentro de mi mente y sentir pena por mis analogías.

Ese día no fui al colegio lo que para mi por alguna extraña razón no me gustaba, quería ir aunque sólo tenía una amiga llamada Luce, comía conmigo de vez en cuando y nos llevábamos muy bien a pesar de que no nos parecíamos en nada ella era rebelde, linda y arriesgada casi igual que Bris....

Bris hoy cumplía un año de haber muerto, esa era una de las razones que no me dejaban estar feliz el día de mi cumpleaños, la madre de Bris organizaba un tributo o más bien una pequeña fiesta en honor a su hija fallecida, y pensaba que sería bueno que su mejor amiga escribiera un discurso solo ella, entonces tendría que ir en la tarde para en la noche ver a mi familia y celebrar mi cumpleaños

-Ella era una chica fabulosa y mi mejor amiga -dije con dificultan al ver que todos me veían lo que me causaba dolor de estómago por el nerviosismo- No se como agradecerle lo que hizo por mi durante ese tiempo fue la mejor compañera que pude tener, ella lo era todo en mi vida, me dolió perderla... Una vez me dijo "No es que sea menos doloroso, sólo aprendes a vivir con el dolor"

Y eso e tenido que hacer durante este año sin ella, porque siempre estará en mi cabeza su voz dándome consejos cuando los necesito, ella me enseño que la vida no es perfecta y que todos hacemos lo mejor que podemos con la vida que tenemos, ella hizo algo increíble en mi vida, y aunque no lo parezca dejo una gran marca en mi, igual que en la vida de todos aquellos que estuvieron cerca de ella.

Camine hasta mi casa mirando las estrellas y las luces que iluminaban la calle, el silencio me hacia sentir atrapada, nunca había sentido algo parecido era un dolor diferente, un dolor que antes podía controlar, voces en mi cabeza que podía callar, pero ahora se convertían en gritos que resonaban en toda mi cabeza y me hacían erizar, abrí la puerta y subí a mi habitación lo más rápido que pude para evitar que alguien me viera llorar, amaba el interés que mostraban las personas así a mi pero odiaba parecer débil que me tuvieran pena no era una elección, me dirigí al baño mientras una voz interior me decía "JESSICA BASTA" pero mi cuerpo decía otra cosa al igual que los gritos en mi cabeza, abrí el estuche de maquillaje que sólo solía abrir para buscar ese objeto que me hacia sentir más segura y calmada o eso creía, conforme mi cara se llenaba de lágrimas mi brazo se llenaba de cortadas eran una después no hasta perder la cuenta. Un nudo se formó en mi garganta hasta extenderse a mi cabeza generándome un dolor aunque algo agudo bastante fuerte, algo que no me dejaba articular una palabra, mire mi brazo con pena después de lastimarlo tantas veces me decía que ya no lo merecía pero era después de haberlo hecho, debía dejar de luchar contra esos gritos en mi cabeza eran parte de mi por lo que ahora estábamos en el mismo equipo, y el único objetivo era seguir aguantando los días que fueran necesarios para no caer más bajo, ahora tenía que lidiar con una parte de mi que trataba de esconder pero ahora ya no podía controlar...

Pasaron horas y horas antes de poder levantarme de la cama y poder hacer algo después del terrible episodio que pase, pero algo me saco de mis pensamientos el sonido de la puerta abrirse y entonces recordé que día era hoy y que debía levantarme a saludar a mi padre y pasar el resto de la noche con mi familia por mi cumpleaños 18.

vi a mi padre entrar a mi cuarto con un ramo de flores rojas y blancas, junto con una caja negra no muy grande ni pesada, ya presentía que me daría otro regalo aparte de las rosas...

-Feliz cumpleaños Princesa-dijo con un tono de alegría y suavidad que me hacían sentir más tranquila a pesar del dolor en el pecho que aún tenía-

- muchas gracias papa-hice una sonrisa lo más natural que pude y tome las cosas para dejar la caja en la mesa junto con los otros regalos y las flores en un jarrón con agua para que no se marchitarán tan rápido, cuando termine y fui a la sala vi a mi madre sonriéndome muy alegremente-

-Felicidades mi niña- soltó unas cuantas lágrimas de alegría y me dio un pequeño abrazo con suavidad y ternura

-Muchas gracias, Eve y Theo pueden salir ya -reí porque ya sabía lo que estaban preparando y justo en donde estaban, unos segundos después salieron del cuarto de Eveline con un cartel que decía "Feliz Cumpleaños Jes" y un pastel de chocolate que para mi sorpresa era mi favorito.

-El cartel habla por nosotros-sonrió la rubia de ojos miel brillantes antes de darme un beso en la mejilla, mi hermana podía ser muy sentimental en algunas ocasiones, después de eso unos brazos grandes y fuertes me envolvieron, por el olor del perfume para hombre y el sonido de la respiración sabía que se trataba de Theo, hundí mi cara en su hombro recordando que mi hermano tenía un tatuaje de atrapa sueños en una parte de su brazo, me había dicho que era para espantar mis pesadillas más oscuras, cerré los ojos lo más fuerte que pude esperando que el tatuaje cumpliera su función para cuando tuviera que separarme y ese momento no tardo en llegar...

Me quede parada unos segundos ahí admirando la vista de esas 4 personas que tanto amaba y me conocían más que cualquiera, por un momento ese vacío en mi pecho no parecía tan grande, pero sólo por un momento.....

The Secret Book of SuicidalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora