Tenia todas las condiciones dadas para ser víctima del bulling desde muy pequeño. Obeso, miope, tartamudeaba cuando se ponía nervioso, y sobre todo albino.
La crueldad infantil no tenia limites, mas por ignorancia que por maldad.
No se median las consecuencias que producían en sus víctimas. Era una diversión aceptada y compartida por la "normalidad"
Era como las olas constantes del mar contra los acantilados de la confianza y el amor propio. Erosionando y borrando cualquier roca de cualidad de la que uno podría aferrarse.
Raúl fue una de sus víctimas, y a simple vista se podía notar su sufrimiento. Una profunda timidez, lo mostraba retraído, silencioso, cabizbajo. Ni siquiera podía destacarse como estudiante, porque su concentración se dispersaba planificando venganzas imposibles.
Solo guardaba para si mismo el placer de ver los defectos ajenos y inventar las mas jocosas observaciones sobre sus "enemigos". Un placer muy privado, una pequeña alegría.
No hubo cambios para mejor desde el jardín de infantes, hasta el final de la secundaria. Con matices la historia se fue repitiendo una y otra vez.
Su trabajo como traductor, le permitía un aislamiento tranquilizador. Lo hacia con seriedad y responsabilidad, cumplía horarios autoimpuestos.
Una noche el trabajo lo entusiasmo de manera especial, era un ensayo sociológico sobre el comportamiento de los individuos cuando no se sentían observados. Las costumbres mas extravagantes le causaban mucha gracia, debía detener la traducción a causa de las carcajadas que le provocaba el texto.
Ese texto fue un detonante para despertar curiosidad por "el afuera". Empezó a subir a su cuarto en el primer piso y desde la ventana a espiar ese mundo que le fuera tan hostil.
Tomaba nota de las personas y hechos que llamaban su atención, les inventaba una historia y un entorno. El marco siempre era una mirada irónica. Y las conclusiones de esas pequeñas postales siempre eran tragicómicas.
Como la de ese señor que caminaba hacia una esquina, de paso inseguro, mirada inquieta, apretando un ramo de flores con manos sudorosas. Oteando entre las cabezas que obstaculizaban su horizonte, buscando a esa mujer que había dibujado en sueños y que ahora se haría realidad. Cuando la ubicó, busco salir hacia el cordón de la vereda para hacerse ver, en el momento justo que un colectivo paso por un charco que se vacío sobre el hombre dejando una piltrafa chorreante y derrotada, con un ramo de flores caídas mirando el piso de la frustración.
La risa cruel no le permitió continuar la historia. Pero estaba conforme. Podía dormir sonriendo una pequeña venganza.
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Stand up para fantasmas
Aktuelle LiteraturRaúl tenia toda una historia de bullyng sufrido como para justificar su nulo contacto social. Pero en su interior vivía un espíritu observador e irónico que buscaba expresarse. Nunca imagino que su publico vendría del mas allá.