Capítulo 6

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Hola loquillo

Después de esa declaración mutua, ya no pudimos parar, era una necesidad básica el hablar la mayor parte del día, yo te incluía en cada actividad que hacía, a pesar de que estabas  a miles de kilómetros, te sentía muy cerca, el echo de que lo que sentíamos fuera prohibido, le daba una sensación más exitante, se sentía más adrenalina.
Como extraño ese tiempo, sentir esa sensación de andar en las nubes, estar eufórica tan solo con un mensaje tuyo, esas largas madrugadas de conversación.
Necesitaba escuchar tu voz, pero no me atrevía, me sentía nerviosa de que no pudiera salir ni un sola palabra de mis labios, pero fue algo mutuo, los dos queríamos hacerlo.
Cuando llegó el momento me temblaban las manos, mi corazón latía a mil por hora, tu voz, fue otra cosa que ame de ti, a pesar de que decías que era muy parecida a un robot, creo que en ese presiso momento que la escuché por primera vez, me di cuenta que ya no tenía vuelta atrás, estaba absoluta e irremediablemente enamorada de ti.
Tanto que dolía no poder tenerte cerca, es lo más loco que me ha pasado en mi vida, sin siquiera verte, sentía esta gran sensación por ti, no se si alguien alguna vez lo podrá entender, pero si alguien allí afuera dentro de este inmenso mundo a experimentado algo así, sabrá de lo que hablo.
Te extraño tanto, sobre todo estas últimas semanas, necesito tus consejos, se que no me juzgarás, aunque te diga cada estupidez que hago o pasa por mi mente, sabrás analizar la situación y encontrar una solución lógica al asunto, por que así eres tú, todo lo analizas, como alguna vez te dije, eres demasiado lógico señor F.
  Solo espero que estés muy bien.

Con un poquito de pena Beth.

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