Salir del closet.

3. Todo sigue igual.

Ya había pasado una maldita semana, y sus tontas preguntas de mi hermano y mi madre seguían.
Mi padre, bueno de el ni se diga, cuando hablábamos del tema, me daba el avión o intentaba hablar de otra cosa sin responder a lo que decía.

Mis hermanas eran las únicas que estaban como si nada, ellas entendían a la perfección todo esto, hasta sabían cosas que nunca pensé que sabrían.

Una vez mientras estábamos comiendo, mi madre preguntó:
-Hijo, ¿a ti te hubiera gustado ser mujer?-
-¿qué?, no mamá. ¿Por qué lo preguntas?-
-Pues no entiendo como es que a un hombre le pueden gustar los hombres, no es normal.-
-Mamá, es normal, lo es, en Jilo tal vez no se ve mucho, ya que es un pueblo muy machista. Pero no hay nada anormal.-
-Es que no hijo-

Y en ese momento mis hermanas empezaron a defenderme, sacaron argumentos tan buenos, y yo no había hablado de ellas sobre el tema.
-Mamá, así como a ti te gustan los hombres, así le gustan a mi hermano, no tiene nada de malo.
-Pepe es una persona increíble y el ser gay no lo cambia en nada.-
Mi madre sólo se quedó callada, y siguió comiendo.