~Gael
Mi hermano se sentó a platicar con Amy si no mal recuerdo, tengo mala memoria, mientras yo acompañaba a la señora Diana a su habitación y la de Amy.
Llegamos y abrí la puerta sus bolsos ya se encontraban hay, gire para verla y mi asombro en su rostro bastante sorprendido supongo que por como estaba decorada, mucho lujo y bien acomodado.-Esta esa su habitación y la de Amy- dije sonriendo.
-Wow esta muy hermosa- dijo sonriendo de oreja a oreja.
-¿la habitación o yo señora?- pregunte burlón.
La escuche reírse pero de pronto su sonrisa se borro como si había recordado algo doloroso. Se dirigió a la cama y se sentó estaba confundido quería preguntar pero se me iba a ser muy importuno así que solo calle. Me volteó para salir pero la señora empezó hablar pero su mirada estaba pérdida en el suelo, me detuve quizás quería platicar con alguien pero ¿por que conmigo?.
-Fui una tonta- dijo con enojo.
"Me siento incómodo, que digo"
Pienso. Me senté en la otra cama que se encontraba a un lado con se encontraba ella indicando que me quedaré a escucharla.
-quiero que me des tu opinión Gael- dijo seria.
-¿opinión?- pregunté confundido.
-si- respondió y me miro. -¿eres capas de mentirle a alguien con tal de que ella este bien?- pregunto.
Sus ojos se estaban poniendo cristalinos, quería llorar, una mirada de tristeza, enojo y decepción llego a su rostro. No tenía palabras realmente, yo ¿era capas de algo así?, ella leyó mi rostro hací que respondió a mi gesto.
-dime la verdad eres libre de decirme tú opinión- sonrisa forzada.
-emm... - hice una pausa para suspirar. -realmente no señora- respondo sincero.
-lo suponía- aun con la sonrisa forzada. -quisiera que me guardarás un secreto- dijo sentándose aun lado de mi para luego agarrarme la mano.
-no yo... Señora- no sabia que decir.
-por favor me quiero desahogar- empieza a llorar.
Nunca me gustó ver a la gente llorar, me ponía bastante mal como si yo tuviera la culpa pero se realmente que no. Así que no puede hacer nada así que asistí, a lo mejor me había a repetir mas adelante.
-Esta... Esta bien- deje escapar un suspiro.
-solo quiero pedirte que cuando me pase algo- agacha su cabeza. -quiero que se lo digas a mi pequeña- alza su cabeza con lágrimas en los ojos.
-pero si no me cree, ¿que le diré?- pregunté preocupado.
-dile que busque entre los cajones ahi abra una caja que dira mis motivos de que me fuera- empezó a señalarme los cajones hasta que se detuvo en el último cajón.
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Tu voz Tu canto
Ficção AdolescenteCon solo escuchar tu canto me quitaste todo ese dolor, sufrimiento, depresión y agobió; Tu voz iluminó no solo mi camino sino tambien a mi corazón quien estaba destrozado, oscuro y sin sentimiento alguno.