Capitulo 3

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-Desperté por unas caricias en mi mejilla, eran unas manos ásperas, pero a la vez muy suaves – Eres muy hermosa teniente – Susurro en mi oído

-No deberías decirle eso a tu secuestrada – Sonreí, aun sin abrir los ojos.

-No lo veas de ese modo, no eres mi secuestrada, solo estas aquí mientras mi equipo hace su trabajo – seguía acariciando mi mejilla.

- ¿Seguirás matando a gente inocente? – Abrí mis ojos, para ver ese hermoso azul mirarme fijamente.

- Eso no es problema tuyo – Se levantó – Sabes mi nombre, yo no sé el tuyo.

- Emilia – Susurre.

-Un hermoso nombre, para una hermosa dama – Sonrió.

-Hagamos un trato – Enarco una ceja

-¿Qué tipo de trato? – Se sentó en la cama, cerca de mi cintura.

-Tú me sueltas y yo abandono tu caso – Le dije segura.

-Lo aria, pero no te volvería a ver – Acerca su mano para acariciar nuevamente mi mejilla - ¿Sabes?, es muy raro, pero me siento distinto a tu lado; Se acelera mi corazón y tengo infinitas ganas de besarla teniente – Con cada palabra se acercaba un poco más; Nuestras respiraciones se mezclaban.

-No me conoces, ni yo a ti – Dije tratando de alejarme.

-No me importa – La mano que estaba en mi mejilla se mueve hasta mi cabello – Eres muy hermosa, y no me cansare de decirlo.

-No puedes hacer esto, soy detective, tu un criminal – Dije media temblando.

-Eso es lo excitante de todo, ¿No ha escuchado que los opuestos se atraen? – Asentí- Voy a besarla mi teniente – Negué – Si, lo are – Y la mano que estaba en mi cabello se hizo un puño, para sujetar mi cabeza, y me beso.

Al comienzo me resistí, pero besaba tan bien, que no pude evitar devolverle el beso.

Cerré mis ojos, disfrutando esto, besaba

La falta de aire me hizo separarme.

-¿Detective? – Pregunto extrañado - ¡Detective!

-¿¡Que!? – Desperté exaltada – Oh no, solo fue un sueño – Dije preguntando, pero sonó más como afirmación que pregunta.

-¿Estabas soñando conmigo lindura? – Pregunto divertido.

-Sí, soñaba que te secabas en la cárcel – Sonreí irónicamente mientras el reía a carcajadas.

-Algún día querida – Me guiño un ojo.

-Quiero salir de aquí Louis, por favor – Me senté sobre mis rodillas.

-No puedo hacer eso muñeca, lo siento – Ahueco su mano en mi mejilla, sentí como mis ojos se aguaban – No llores hermosa, por favor, no llores.

-Me siento sola y no me gusta, tengo miedo de que en algún momento te deshagas de mí y yo no tengo como defenderme – Me miro en silencio – Sé que en algún momento me mataras, pero necesito un abrazo, necesito un abrazo – Termine de decir eso y sentí unos brazos cálidos, fuertes y tensos, pero era agradable estar rodeada con ellos y aunque suene extraño, me sentía segura.

-No puedo prometerte nada, pero por favor confía en mí, solo por ahora – Se separó un poco de mi – Te lo pido.

-¿Cómo me puedes pedir confianza?, aunque te duela aceptarlo eres un asesino, y me atrevería a decir que eres parte de una mafia.

-Cariño, No podría negártelo – Se alejó por completo de mi - Pero sé que es pronto, ni tu nombre se – Me dio la espalda – Pero no lo sé, no quiero alejarme de ti, tienes algo, quiero besarte a cada segundo, tenerte en mis brazos, teniente no sé qué es lo que me pasa – Se da la vuelta para mirarme – Puede que suene ilógico, pero creo que me estoy enamorando.

Decir que me quede sin palabras es poco, llevo un día aquí, no puede llegar y decirme eso.

Trato de hablar pero no puedo, siento deseos de decirle que me pasa igual, es como el amor a primera vista.

-Aléjate de mí Louis, no puedes confundirte con algo que jamás pasara – Lo dije tan fríamente, que hasta a mí me dolió, su cara fue un poema, pero lo que más demostró fue decepción – No puedo llegar y decirte que estaremos juntos por siempre, o que yo siento algo por ti, no puedo mentirte y tampoco mentirme a mí misma, lo siento mucho – Su cara era lo que más me dolía – Debes saber que en algún momento saldré de aquí y tendré que detenerte, y si no salgo de aquí, será porque me mataras – Lo mire fijamente, esperando una respuesta de su parte, que llego como menos lo había pensado.

Me beso.

Nuevamente me beso.

Y yo como idiota le seguí el beso.

-Jamás, teniente, jamás podría matarla, primero me mato yo – Froto su nariz contra la mía – Déjame intentar conquistarte, dame un par de días, una semana – Me miró fijamente – Por favor, déjame intentarlo.

-Esto no funcionara Louis, cuando nos separemos de una u otra forma será doloroso para ambos – Apoye mi frente en su pecho, donde escuchaba su acelerado corazón.

-Quiero intentarlo, por favor teniente – Me estrujo en sus brazos.

-Emilia, me llamo Emilia Keint – Se separó un poco de mí, y con su mano derecha levanto mi mentón.

-Emilia – Susurro – Eres hermosa.

-¿Puedo arruinar el momento? – Dije susurrando

-¿Qué pasa corazón? – Y en ese momento mi estómago rugió, haciéndolo reír, y a mi sonrojarme – Ya entendí amor.

-Además necesito ir al baño y tomarme una ducha – le dije abrazándome a su cuerpo.

-Tengo ropa para ti, la pedí prestada de tu casa, espero no te moleste – Rio.

-No puedes ir a mi casa como si nada – Le di un golpe en el hombro – Además si deja alguna huella te encontraran.

-No lo aran, se cómo manejarme - me guiño – Ven, te mostrare la casa para que puedas hacer tus cosas y yo preparare el desayuno, no trates de escarpar, estamos lejos y soy muy buen rastreador – Me advirtió divertido, y yo simplemente asentí.

Salimos de mi "habitación" y era bastante grande, y de muy buen gusto, tenía cuadros colgados en la pared.

-Es mi casa, está alejada de todo y aquí es donde me siento seguro – Abrió una puerta – Aquí será tu nueva habitación, podrás decorarla a tu gusto, tú me puedes pedir pintura o algún adorno y yo lo traeré – Seguimos avanzando y entro a otra habitación – Esta es la mía, por si quieres venir a dormir conmigo alguna noche y ya las otras son de los invitados, cada habitación tiene un baño personal, y hay uno aquí – Abrió la puerta siguiente a su habitación – Este es para quien quiera, bueno te dejo para que vayas a tu habitación y te duches, te dejare ropa en la cama – Asentí, y él me dio un beso en la frente.

Entre a la que sería mi habitación, una cama al centro de esta y al frente un mueble que me imagino es para la ropa, una puerta al lado derecho de la cama, que es el baño.

El baño es bastante.... Lindo.

Comencé a sacarme la ropa, para dejarla sobre el lavado.

Recordé a Luke, a mi alocada Anne, a James, a la seria Marion, siempre ha sido mi equipo, desde que entre a trabajar con ellos.

Caía el agua y junto con ella mis lágrimas, extraño mi casa, extraño los casos y hasta extraño al vecino que siempre me miraba mal por correr tras los criminales.

¿Me buscaran?, ¿Se habrán olvidado de mí?

A los 10 minutos decidí salir de la ducha, encontré una toalla colgada y me la enrolle en el cuerpo, ya me sentía bastante más limpia.


Police (Louis Tomlinson)Where stories live. Discover now