Al día siguiente Mr. Lunes no se comunicó con él, recordó que tampoco habían hecho planes para después. Cerca del mediodía su teléfono sonó y estúpidamente tuvo la esperanza de que fuese él, la decepción que le invadió cuando al que escuchó fue a su jefe ocasional, lo dejó aún más deprimido. No le gustaba sentirse de aquella manera.
—Escucha Ryan, hay un trabajo muy bien pagado para esta noche ¿qué dices? Sé que es nochebuena pero recordé que habías dicho que estarías disponible estos días, la paga es muy buena por la fecha ¿Estás disponible?
— Ryan se recordó que necesitaba el dinero y que había decidido aprender a estar solo en aquellas fechas, ningún “día aburrido” de la semana iba a cambiar sus convicciones.
—por supuesto, envíame la dirección y la hora por mail ¿Hay algún tipo de pedido? — la gente casi siempre pedía un policía o un bombero, algunas veces un médico. Pensar en la profesión no ayudó a mejorar su ánimo, su mente volvió al sujeto que había llegado a revolverle el mundo.
—nada en especial, pero ve de policía, es el genérico, pondré el dinero en tu cuenta en un momento.
—¿cuánto es? — su jefe rio un poco.
—Cuatro veces la suma normal— Ryan levantó ambas cejas soltando un silbido.
—haberlo dicho antes y ni siquiera lo pienso— su jefe se rio.
—Enviaré la dirección y la hora a tu correo, hasta luego— su jefe colgó y a Ryan se le borró la sonrisa del rostro. No se sentía con ánimos de trabajar pero algo de adulación y ambiente festivo seguro podía levantarle el ánimo. Ser stripper y tener a un montón de mujeres queriendo poner las manos sobre ti y mirándote como si fueras el último vaso de agua del desierto podía hacer maravillas con la autoestima de vez en cuando.
Ryan recibió minutos más tarde la dirección de su trabajo, la hora, así como la confirmación del depósito a su cuenta. A la fecha no había tenido problemas con su jefe en ese sentido. Se arregló con tiempo de anticipación y tomó un taxi al lugar indicado. El sitio era un buen lugar, posiblemente no de la talla de Mr. Lunes pero perfectamente el hogar de alguien que podía permitirse pagar cuatro veces más su sueldo por un stripper en navidad. Se presentó en la recepción y le dejaron pasar indicándole el piso al que debía ir y al salir del elevador y buscar la puerta correcta no necesitó demasiado, la música se escuchaba retumbar por lo bajo desde una de ellas, como ahogada por la puerta y luchando por salir. Sonrió con suficiencia con el rostro coqueto que usaba para el trabajo y tocó al timbre, cuando la puerta se abrió la sonrisa se le heló en el rostro.
—hola— Mr. Lunes estaba frente a él, con una camisa blanca desfajada, los pantalones negros y los pies descalzos, parecía perfectamente cómodo en el lugar. Levantó el control que tenía en la mano y la música cesó— bienvenido.
Decir que Ryan estaba desconcertado fue poco, Mr Lunes se hizo a un lado dejándolo pasar y él entró encontrándose con que ahí adentro no había nadie, aunque era evidente desde afuera al entrar aun lo descoloco, como si hubiese estado esperando estar alucinando. Se giró y se encontró a su contratista cerrando la puerta.
—¿qué significa esto? — preguntó aun descolocado. Mr. Lunes se encogió de hombros.
—Me dijeron que eres bueno— explico con tranquilidad. Ryan frunció el ceño.
—No doy funciones privadas— oh no, eso normalmente no acababa en simple baile.
—es nochebuena, sé generoso— Mr. Lunes volvió a colocar la música, aunque bajo el volumen y se acercó a él pegando su frente con la suya— por favor— pidió antes de separarse e ir a sentarse en un cómodo sillón esperando su espectáculo.
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Mr. Lunes
Short StoryRyan asiste a un Pub Gay para demostrarle a su mejor amigo que no tiene prejuicios, solo queria tomar una cerveza y pasar un buen rato, no buscaba una conquista, pero se encontro con Mr Lunes. Mr Lunes es irresisitible. Mr Lunes es inigualable. Mr L...