Damian

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Era una mañana tranquila y nublada, me levanté de mi cama lentamente y con pocas ganás me dirigí al baño, otro día vivo.
Escuché a mis hermanos riendo en el piso de abajo, la depresión llegó a mi, odio la risa, felicidad?, asco.
Me quiero morir.
No me moleste en ponerme ropa ya que mis masculinos boxers de calavera eran suficiente.
Cuando baje las escaleras de mi mansion (porque soy millonario) mis hermanos, que se encontraban sentados en la sala voltearon a verme con sonrisas en sus rostros dispuestos a saludarme pero antes de que una palabra pudiera salir de sus patéticos labios les corte el rollo.
"no." y me fui.
Entre a la cocina buscando alimento, dándome paso hasta el refrigerador, vacío, como mi alma.
Mi padre el gran murciélago 47 no se encontraba en la casa para proveerme con un platillo digno (nada nuevo), mi madre? Hace años se fue de viaje y preguntame cuando volvió (nunca), Alfred el único ser que nos cuidaba se encontraba en sus merecidas vacaciones y yo, abandonado aquí con estos tres inútiles a los que llamó hermanos, rece a los dioses por un milagro.
Mis hermanos por increíble e inexplicable que pareciera tuvieron la buena idea de comer afuera y mientras jason pedía una pulmonia el mayor de nosotros me informo que íbamos a McDonald's y por primera vez senti en mi un poco de felicidad, el recorrido duró un tiempo ya que nuestro hogar se encontraba a las afueras de la ciudad pero valía la pena el tiempo perdido si lograba comer en mi lugar favorito, cuando por fin llegamos a nuestro destino estaba listo para entrar corriendo por las puertas del local pero lo que vi destrozó mis interiores, frente a la entrada había un cartel de "cerrado" debido a mantenimiento, lloré. Todos nos quedamos inmóviles y confundidos, el hambre nos dominaba.
"Perruamadrueee!". Gritamos todos al unísono, Tim estaba de rodillas frente a la entrada gritando en agonía y sollozos, dick tenía una mano cubriendo su cara, tratando de ocultar su dolor, jason estaba pateando un bote de basura sacando su rabia, yo no podía ver el McDonald's así que me di la vuelta, verlo era un recordatorio de lo que pude tener pero el destino decidió arrebatarmelo, observar el dramatismo con el que mis hermanos estaban actuando me dio tanta pena que decidí fingir que no venía con ellos, estaba a punto de dejar el estacionamiento cuando un rayo de luz cayó iluminando el nublado cielo y un edificio frente a mi, era un Kentucky. Acaso esto era lo que se llama un milagro?, trate de alejarme de los hombres en agonía que me acompañaban pero al ver que me iba empezaron a seguirme.
"a donde vamos?" preguntó Tim mientras se secaba los mocos con su manga.
"se pegan como pulgas ustedes la neta, voy al Kentucky." dije irritado.
Entramos al local, estaba lleno, gente se encontraba ocupada comiendo y hablando en sus mesas.
"quieres que nos sentemos cerca de los juegos damian?" lo peor del caso es que jason no lo dijo en broma, si no que el muy estúpido lo dijo de verdad, eso me enojo más.
Lo mire iracundamente y estuve a punto de soltar toda la furia que tenía, cuando mis ojos se posaron sobre algo majestuoso.
En el mostrador se encontraba un chico, pero no cualquier chico, un chico precioso, hermoso, espectacular, sus bellos ojos azules y brillantes, llenos de vida al contrario de los míos, mi ceño fruncido se relajo un poco, esto nunca había pasado, por primera vez en mi vida me sentía feliz de estar vivo, mi corazón latía con rapidez y fuerza, la sonrisa de aquel chico estaba fuera de este mundo.
Se encontraba atendiendo a una pareja de ancianos, su gentil comportamiento nunca flaqueo estar cerca de él daba una calidez, un sentimiento del que no estaba acostumbrado, nos formamos en la fila mientras tim se fue a buscar una mesa, la fila se me hizo eterna, tenía que hablar con ese chico, pero el pinshi de dick estaba delante de mi y no me dejaba ver.
"la carne de burro no es transparente"
"que?" respondió el mayor confundido.
"que te quites estorbo! No me dejas ver!"
Dick solo me miro unos segundos y luego sonrió estúpidamente. "quieres que te cargue?" a veces pienso que en esta familia nunca me toman enserio.
Cada segundo que pasaba me encontraba más cerca de ese chico, el hambre ya no importaba, mi corazón se aceleraba pero dick decidió tardarse una mugrosa hora pidiendo su comida. " y un agua de horchata, porfavor." mi momento llegó, por fin estaba cara a cara con el hombre de mi vida. No podía hablar, mi corazón iba a estallar (controlate damian!) puse mi mejor cara de confianza y abrí mi boca.
"deme todo el pollo que tenga y una orden especial con tu número" después de haber pronunciado tal frase romántica hice lo que muchos considerarían imposible, sonreí.
Se escucho que algo azotó contra el suelo, era dick junto su agua de horchata, jason empezó a gritar cosas como "el demonio sonrió! El día del juicio ha llegado! "  mientras que la gente alrededor lo miraba con expresiones preocupadas, tim empezó a golpear el cristal de los jueguitos pero no pude distinguir lo que decía, estos pendejos babosos me estaban avergonzando nuevamente y esta vez frente al posible amor de mi vida, el chico se ruborizo y me miro impactado.

Mah Superboi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora