-¡Kyouya! – gritó Mari mientras se le acercaba corriendo. El moreno se paró y miró hacia atrás. Acababa de sonar la campana y estaba saliendo del edificio para irse a casa.
-Hey – le saludó.
-Creía que no te iba a coger – dijo sonriendo la chica. – Mira-. Sacó de su maleta unos tickets para ver una película que acaban de estrenar en cine. –Este sábado voy al cine del centro con Takeshi para ver esta peli, ¿te vienes?
-Mm por mí vale pero... ¿por qué me lo propones a mí? – preguntó el chico. Solo la mención de que Takeshi también asistiría le hacía querer ir.
-Bueno me caes bien y creo que a Takeshi también asi que... - dijo aun sonriendo. Además compramos dos tickets y nos regalaron otro, ¿no querrás desaprovechar esta oportunidad verdad? – ahora la chica le guiñó un ojo.
Kyouya rió, no sabía si su amiga se había referido a perder la oportunidad de ver la peli gratis o a acercarse un poco más a Takeshi. – De acuerdo pues, ¿a qué hora y dónde?
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Iban de camino al cine cuando Mari se fijó en una tienda de ropa. – ¿me esperáis aquí afuera? Voy a entrar un momento.
-Vale – respondió Kyouya. El rubio solo asintió.
Cuando se quedaron los dos solos, el moreno vio que en frente había una tienda de videojuegos, éstos eran uno de sus pocos hobbies. En una de las vitrinas vio el cartel de uno de sus favoritos, el Tekken, un videojuego de pelea muy famoso. -¡¿Un Tekken nuevo?!- no pudo evitar decir en voz alta.
¿Qué? – respondió el rubio girándose en la dirección en la que Kyouya estaba mirando. –Ah sí, ya había escuchado que lo sacarían pronto pero tampoco sabía que estaba ya a la venta. ¿Nos acercamos? – dijo ahora mirando a Kyouya.
Éste último, sorprendido le miró. –c-claro. – Y ambos cruzaron la calle para entrar en la tienda. Estuvieron mirando varios videojuegos que a ambos les gustaban, hasta que Mari llegó quejándose de que habían desaparecido sin avisar y acto seguido siguieron su camino hacia el cine.
Ya habían entrado en la sala y estaban buscando sus asientos. Resultaron estar en una de las filas más elevadas junto a la pared. Primero entró Takeshi y después Mari, pero al ver que en su asiento daba directamente el aire acondicionado, le pidió a Kyouya que le cambiase el sitio. Llevaba un par de días con la garganta dolorida y no quería ponerse peor. Éste aceptó rápidamente pero al pensar que estaría una hora y media sentado al lado del otro chico se puso bastante nervioso. – Qué bien. – pensó irónicamente.
Había pasado casi una hora y Kyouya había logrado concentrarse en la película y olvidar que al lado tenía a Takeshi. Era típica película de ciencia ficción, con acción y algo de romance. No destacaba por su argumento pero le gustaba ver los efectos especiales que tenía. El moreno había acabado con la cabeza apoyada sobre su mano izquierda, la cual se le empezó a dormir. Aprovechó para estirarse un poco y cuando fue a apoyar el otro brazo se topó con que Takeshi ya tenía el suyo allí. Entonces y como si le quemara lo apartó. De reojo miró al rubio pero éste ni se había inmutado. – Uf... - pensó mientras volvía a mirar la película.
Al cabo de un rato terminó la película y salieron de la sala. El moreno no se había enterado de toda la última parte. No dejaba de darle vueltas a un único pensamiento: lo más mínimo relacionado con Takeshi le hacía reaccionar de una manera con la que nadie más le pasaba. Ni siquiera le había pasado con sus antiguas novias pero, nunca le había gustado un chico. ¿Podría ser? Le había parecido interesante desde el principio, hasta atractivo, pero de ahí a que le gustara había un paso.
-Hey, ¿os apetece ir a comer a algún burguer? – preguntó Mari mientras salían ya del cine.
- Cerca de aquí hay uno, si queréis vamos allí. – respondió Takeshi.
-Mm vale – dijo el otro.
Habían empezado a andar cuando a Kyouya alguien le agarró de la camiseta, haciéndole parar.
-¡Kyou-nii! – dijo Natsuki mientras soltaba la camiseta de su hermano. - ¿Qué haces aquí?
-Natsu – el moreno no se lo esperaba - ¿qué haces TÚ aquí? – dijo arqueando una ceja. –Yo he venido con unos amigos a ver una película.
-Pues entonces lo mismo que yo, ahora iba a entrar en el cine pero te he visto. Vengo con un par de amigas que he hecho en el instituto – le respondió.
-Mamá lo sabrá, ¿verdad? – su lado de hermano mayor se dejó ver.
-Claaaro – dijo la menor mirando hacia otro lado, medio riéndose.
-Natsuki – la miró entonces mientras suspiraba – Bueno, vas a hacer lo que te dé la gana de todas formas pero ten cuidado ¿vale?, y no llegues tarde a casa.
-No te preocupes, les he dicho que estaría en casa de una de ellas estudiando – le respondió mientras sonreía.
-Bueno, la próxima vez les dices la verdad o me chivaré – también sonrió.
-Sé que no lo harás Kyou-nii – la pequeña le abrazó – bueno, mis amigas me están esperando, tampoco llegues tarde a casa – le guiñó el ojo y se fue.
-No puedo ganarle – dijo en voz baja el moreno riendo.
-Me acabo de enterar de que tienes una hermana pequeña – dijo Mari mientras miraba a la chica alejándose de allí.
Sí, tiene un año y poco menos que yo pero no la puedo dejar sola – arqueó los hombros.
-No te pega ser el hermano mayor super protector – ahora la chica se rió.
-Eh que me tomo muy enserio el serlo – también rió. Miró entonces al lado donde se encontraba Takeshi. Éste no había dicho nada hasta ahora y cuando le vio no pudo creer la sonrisa con la que le miraba. -Mm bueno, vamos al burguer ¿no? – terminó por decir mirando ahora al frente. Faltaba poco para que se le notase el rojo en las mejillas.
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Ya habían salido del burguer y decidieron acompañar a Mari hasta su casa. Ésta vivía un poco más apartada de ellos y tardaron unos 20 minutos en llegar. Cuando se despidieron, los dos chicos emprendieron el camino hacia sus casas. --Suerte que vivimos cerca- pensó Kyouya.
Al principio se quedaron muy callados, no sabían casi nada uno del otro y no sabían qué decir. Entonces el moreno recordó la breve conversación que tuvieron frente a la tienda de videojuegos.
-¿Bueno entonces te gustan los videojuegos no? – preguntó mirándole con una sonrisa.
El rubio también le miró. – Sí, bueno. Sobre todo si son de pelea.
-Su expresión no es tan dura como antes- pensó el moreno, alegrándose. – Pues ya somos dos, a parte del Tekken tengo otros juegos en mi casa, si quieres pasarte un día... - dejó en el aire.
El rubio se sorprendió – Vale, si me invitas... - el moreno volvió a notar una suave sonrisa y no pudo evitar sonreir él mismo.
-¡Pues perfecto!.
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Rosas y cicatrices
Teen FictionDos chicos japoneses, Takeshi y Kyouya, se conocen el primer dia de insituto en Fukuoka, Japón. De amigos a amantes, pasarán por varios altibajos antes de que encuentren su final feliz.