Noches de pesar, días de amar

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Se trataba de una niña,
que contaba truenos desde la ventana.

Se trataba de una niña,
que no le temía a nada.

Se trata de una niña soñadora,
con el corazón cerrado y la mente abierta.

Si tan solo la niña supiera.
Supiera que los sollozos rotos debajo de la almohada no arreglarían nada,
y de la inmensa soledad en la que se encontraba.

Si tan solo la niña supiera,
que la noche se acababa y el día comenzaba,
que no siempre tendría que fingir,
aquella sonrisa desolada.

Las incesantes lágrimas que derramó a media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora