Chat Noir estaba estupefacto ante la declaración que acababa de oír, no podía creer que las cosas terminarían de ese modo.
¿En que momento y de qué forma llegaron a esa situación?
Habían pasado por tantas cosas, madurando y creciendo en el proceso, él personalmente había aprendido a ver y conocer tanto de un nuevo mundo del que jamás habría imaginado llegar a ser parte.
Recordaba que si bien al inicio todo fue difícil y no le hizo mucha gracia la idea de cargar con la obligación de proteger Paris y tener poderes acompañados de una maldición de mala suerte, con el paso del tiempo había aprendido a vivir y con ello y no podía imaginar su vida de otra forma.
¿Quien lo hubiera dicho? El egoísta e insensible Felix Agreste había aprendido a amar un estilo de vida que nunca deseó y que en el comienzo solo buscó quitarse de encima.
Aunque debía admitir que ya no era el mismo joven sin corazón que cuando recién obtuvo su Miraculous, ese Felix era muy diferente al Felix Agreste en que se había convertido.
El antiguo Felix estaría celebrando en ese momento (a su manera, claro está), pero en vez de eso sentía un profundo dolor calar hasta el fondo de su ser.
Había llegado el momento de separarse de su Miraculous y de la vida heroica que conocía.
Quería rogar que no estuviese pasando, que todo era un mal sueño del que pronto despertaría, pero una vez más la dura realidad lo golpeaba sin compasión.
No quería separarse de su Miraculous, de su kwami que había llegado a convertirse en su confidente y primer amigo, de esas pequeñas dosis de libertad y adrenalina que experimentaba al transformarse, de su extraña doble personalidad extrovertida y coqueta, de las noches corriendo por los tejados de Paris sintiéndose invencible, de las visitas a la cima de la Torre Eiffel, había tantas cosas de las que no quería separarse. Pero sobre todo no quería separarse de su Lady.
Ladybug era de las primeras y únicas personas en conocerlo y aceptarlo tal cual era en su totalidad, había sido su segunda amiga después de la "Pequeña Plagga" que tenía por Kwami, y lo más importante: ella era la persona más valiosa en su vida.
Si dependiera de él, la obligaría, de ser necesario, a quedarse a su lado, que ambos siguiesen juntos por siempre y sin necesidad de renunciar a su estilo de vida.
Pero sabía que eso sería incorrecto e imposible, pero el pensar que nunca más compartirían juntos algo así le destrozaba, daría lo que fuera por extender al menos un poco más los segundos que les quedaban.
Resignado y con un nudo en la garganta bajó el rostro, no había nada que pudiese hacer para impedirlo.
Ladybug no estaba en mejores condiciones que su compañero, pero sabía que para ambos era difícil y que no tenían otra opción. Salvar Paris era lo más importante y solo lo lograrían haciendo ese sacrificio.
Ella tampoco quería dejar de ser una heroína, el ser Ladybug había marcado desde el comienzo una oportunidad única de demostrarle a los demás cuanto valía, le daba el poder de ayudar en lo que como Bridgette jamás podría.
Extrañaría muchísimo a Tikki, su Kwami era su mejor amiga y consejera, quien mejor la conocía y alguien sin la cual no podía imaginar su día a día. También echaría de menos a Chat Noir, ese gato tonto que si bien no le inspiraba confianza ni simpatía al principio, se había vuelto compañero y amigo invaluable.
¿Cómo calmar ese dolor que sentían al saber que deberían dejarlo todo, que probablemente no volverían a amigos tan preciados como sus Kwamis o compañeros heroícos, que su historia se acababa allí? ¿Pero que otra opción tenían si querían salvar su ciudad y a quienes amaban?
ESTÁS LEYENDO
Despedidas
FanfictionNo había espacio para dudas o lamentaciones, y eso lo sabían los dos héroes de Paris. ¿En que momento y de qué forma llegaron a esa situación? ¿Cómo calmar ese dolor que sentían al saber que deberían dejarlo todo? ¿Qué más les quedaba al saber que...