nosotros

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esta es la historia de alguien a quien solía conocer. de hecho, lo solía ver a menudo, en acciones inocentes de su día a día. nadie se podría figurar lo que viajaba por sus ojos, y aunque ya no lo tengo cerca, nunca pude imaginar en todo lo que se convertiría para mí.

era de ese tipo de personas a las que no es fácil reconocer, pues se te hacía más fácil mirar hacia alguien que fuera más llamativo. tampoco era fácil pasar tiempo a su lado, y a veces se sentía culpable por no hacer su presencia menos violenta.

solo podías entender de lo que hablaba si eras capaz de evadirte en un segundo, si eras capaz de relacionar cada palabra que pronunciaba con la vida y con el destino que viaja entre la órbita de los planetas. y a la vez, su humanidad te pedía ser terrenal, agarrarlo como si en cualquier momento fuese a perder la consciencia y necesitara un brazo que coger.

empecé a conocerlo lentamente, tan lento que a veces incluso retrocedí. y cierto día noté que en realidad era alguien absolutamente común, a quien nunca habían querido de la forma correcta.

para él, alguien comenzaba a ser especial cuando ya no estaba. cuando la sucia presencia de esa persona ya no podía cambiar las palabras que una vez dijo. nadie nunca se quedó a su lado porque era experto en curación, pero una vez las personas que se le acercaban dejaban de tener heridas que él pudiera arreglar, simplemente se marchaban a seguir destruyéndose.

una noche tuve una larga conversación con él, y me contó que pensaba que ese era su destino. él lo daba todo, a todos, todos los días, sin saber que también merecía que le dieran. no le gustaba la atención y siempre se las manejaba para centrarla en la otra persona. era tan amable y cálido que cualquiera querría abrirse a él, y sabía escuchar muy bien. esa noche me dijo que quizás no se dejaba ayudar.

me contó que tuvo tres amores en su vida, y que ninguno fue diferente a lo que ya había vivido. llegaron a su vida afligidos, desconcertados y perdidos, pero con su luz consiguió que retomaran el rumbo. pero a él nadie le había enseñado a abrirse, no es fácil dejarse ayudar, nadie quiere ser salvado. así que todos acabaron yéndose, y él aprendió a curarse solo.

¿será ese realmente su destino? dar y dar sin cese a los demás, hasta quedarse vacío y tener que luchar contra el universo para llenar su vacío él mismo.

yo nunca quise dejarlo solo, y pienso que ahora vive dentro de mí. quise aprender lo mejor de él, y mostrarle que la vida es mucho más de lo que la gente mediocre te hace creer que mereces. aprender a abrirse no es tarea fácil. planté un jardín de flores de colores para él, y con el paso del tiempo vimos cómo florecieron. le dije que las personas se abren de la misma forma.

así es como dejó un pedacito de él en mí para siempre. me enseñó curación y a dar lo mejor de mí, y yo a cambio le mostré que el destino no existe. aunque sea algo que yo mismo sigo dudando, porque juraría que no hay otro motivo posible que explique por qué se cruzó así en mi camino.

the giver (one shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora