Como olvidar todos esos viernes por la tarde, cuando venías con un regalo en brazos y sacabas sonrisas con tu sola y sencilla presencia.
Fueron mágicos los momentos que vivimos. Los hacías memorables.
Eras un niño más en la casa; eras el bullicio que nos inundaba de paz. Fuiste siempre la razón por la que esperaba ansiosa los fines de semana y me dedicaba a obedecer a mi mamá para que, cuando por fin llegara el dichoso día, me dejara estar el tiempo que quisiera contigo.
La alegría de jugar contigo nadie me la podía quitar. Eras un as en todo lo que te proponías. Eras el ejemplo a seguir de todos; pero, por sobre todo... eras mi mayor ejemplo a seguir.
Casi 34 años de pura felicidad, de los cuales, solo pude gozar 13.
Aún así, serán los momentos que más añoraréTío Pachuki, no sabes cuánto te extraño y lo que daría para volver a jugar una partida de yaces con el mejor.
Atte.
Una niña ingenua que aún espera tu regreso.
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Un sentimiento que espero, pueda ir contigo
RandomSon anécdotas que viví con una persona muy especial que, desgraciadamente hace unas semanas, la vida se lo llevó. Siendo sincera, más que para ustedes, estoy haciendo este libro para mí... por lo tanto, discúlpenme aquellas personas que piensan que...