Diálogos de medianoche

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La luz de la luna iluminaba tímidamente la habitación matrimonial de la familia Uchiha, donde Sasuke y Sakura yacían en la cama, desnudos.

La respiración agitada de ambos, las sábanas revueltas, y la ropa descuidadamente arrojada por cualquier sitio eran el único rastro de que hacía apenas minutos habían tenido su apasionado reencuentro.

Ahora ambos se encontraban tranquilos, llenos de dicha y serenidad, ella descansando sobre su pecho y el con su único brazo acariciando la parte baja de su espalda.

No tenían mucho tiempo, mañana él partiría de nuevo, por lo que debían asegurarse que esas pocas horas que los separaban del deber fuesen eternas.

Sakura suspiró, agobiada en ese pensamiento, sabiendo que ya mañana volvería a dormir sola y no podría sentir su respiración que ella misma había agitado minutos atrás.
Distraídamente mientras garabateaba con su dedo el fornido torso de su esposo, suspiró en voz alta sin quererlo.

Sasuke al oírla abrió sus ojos, interrumpiendo su apacible descanso. La conocía lo suficiente como para saber que algo angustiaba a su esposa, y quería que se lo dijese. Sutilmente, acarició su cadera para animarle a hablar.

-Mañana ya te vas, ¿Cierto?- Dijo ella, mirándole por primera vez a los ojos.
El no se esperaba que ella le sonriera sin un atisbo de tristeza, pero comprendió el porque Sakura lo hacía. A pesar de que a ella le dolía en el alma su partida, también sabía que a él secretamente también le dolía el estar apartado de ella y de Sarada. Solo quería darle ánimos, aligerarle el dolor.

Él estaba pensando de que manera responderle sin que se entristeciera mas de la cuenta, al fin y al cabo, no sabría cuando volvería a verla, y no quería recordarla con la tristeza reflejada en sus ojos verdes. Sakura se dio cuenta de esto, y enseguida se arrepintió de haberle preguntado. Cuando vio que Sasuke abrió su boca para contestarle, ella se levantó suavemente y lo calló con un beso.

-Mejor no arruinemos este momento con estas cosas. Hace once años que no te sentía tan cerca como hoy, y tengo que permitirme disfrutarlo- Susurró Sakura sobre sus labios, tan cerca, que Sasuke pudo sentir su respiración como un cosquilleo.

El sonrió, y abandonando su cintura, enmarcó su rostro con su única mano, y mientras acariciaba tiernamente los rosados labios de Sakura con su pulgar, le dijo con suavidad:
-Me hace tan feliz el tener un hogar al cual regresar siempre, con Sarada, y contigo, a mi lado. Gracias-. En sus ojos Sakura pudo ver el amor que sentía y no podía profesarle con palabras.

Ella juguetonamente mordisqueó el lóbulo de su oreja izquierda y susurrando en su oído le contestó:
-Así será siempre, mientras mi corazón siga latiendo por ti, y por nuestra hija.

El la abrazó, atrayéndola a su pecho nuevamente. Sakura se acomodó cerca de su clavícula, la cual besó con ternura.
-Perdón por haberte hecho esperar tanto- le dijo él, casi con pena.

Pero ella no iba a dejarlo caer en la tristeza y la culpa, no esa noche, no en la despedida.
-Ya estás aquí, todo sufrimiento que yo pudiese sentir ya está en el pasado. No hay nada por lo que debas disculparte- le dijo ella, con firmeza, mientras contrariamente al timbre de su voz, acariciaba de nuevo el torso del Uchiha.

El, pensativo, y acariciando la suave espalda de su esposa, repasando cada cicatriz que ya sabía de memoria, sonrió sinceramente. No era tiempo para entristecerse.
-No hemos perdido nuestro toque, verdad Sakura? Shin pudo sentirlo en carne propia- Bromeó el.

Sakura rió, no era muy propio de Sasuke hacer bromas, y solo lo hacía con ella, era algo que agradecía de poder vivir con él.
-Ese Uchiha de laboratorio lamentó el haberse metido con mi hija y con mi esposo- Contestó ella orgullosamente.
El nuevamente sonrió, le encantaba escucharla cuando defendía con la frente en alto a su familia.

Se quedaron varios minutos callados, en paz, sintiendo el calor del cuerpo del otro que tanto habían extrañado.
-Querría quedarme para siempre así, con Sarada, dormir todas las noches así contigo... Me hacen falta- Confesó Sasuke, dejando su orgullo de lado. Solo su esposa podría escucharle una declaración de esa índole.

Ella, profundamente conmovida comenzó a llenarlo de besos por todo su rostro, y ya mirándole a sus profundos ojos negros le dijo con franqueza y algo de añoranza:
-Ya llegará ese tiempo donde podamos envejecer a la par. Tu también me haces mucha falta, y ni hablar de Sarada, pero ambas entendemos el valor del deber y de tu sacrificio para que todos podamos tener un futuro y eso...- Besó nuevamente sus labios con adoración -me hace amarte aún mas, si eso es posible.

Con sus palabras Sasuke cerró los ojos, profundamente conmovido internamente ante el amor que esa mujer le profesaba. Lentamente abrió sus ojos y besándola despacio desde su boca, pasando por su mejilla, su mentón y cerca de su oído le susurró con voz aterciopelada:
-Creo que no tengo sueño y el sol tardará horas en salir.

Ella captó la indirecta y deslizando traviesamente su mano hasta la parte baja de su torso le dijo seductoramente:
-Entonces hagamos esa espera menos tediosa.

Diálogos de medianoche (One-shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora