0:Prorrogo.

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La noche resonaba y brillaba con la tormenta que se desataba en el inframundo, siguiendo las instrucciones que le había enseñado su padre tanto como podía recordarlas, aquel hombre, con sus 2 hijos en brazos fue en busca de su señora, atravesaba las puertas del inmenso castillo a la velocidad de un rayo intentando no perturbar a sus bebes, una puerta tras otra hasta que al fin la vio recostada en una de las habitaciones mas lujosas, la imagen de su señora dormida le provocaba tantas emociones como siempre pero esta vez no todas eran buenas.

-Lo siento mis niños...- susurro, a la vez que se sentaba al lado de su esposa y la despertaba con la delicadeza de el mejor amante.

Ella despertó con una sonrisa, cayendo en cuenta de que había dormido demasiado era la primera vez que veía a sus bebes y estiro sus brazos hacia ellos.

-Podría- empezó a decir antes de ser interrumpida por la oleada de frió que la hizo temblar. 

-Lo siento... fue Azazel el... los maldijo- hizo una pausa como esperando que ella entrara en shock, pero su mirada mantenía una calma mezclada con tristeza - Se como hacer que sobrevivan...- de pronto se dio cuenta de el por que no había entrado en pánico, ella confiaba en el, en que haría cualquier cosa por ella y por los niños que ahora tanto amaban

-Cualquier cosa estará bien- dijo con una sonrisa embriagadora de las que siempre le ofrecía en sus momentos de pánico.

Le coloco al bebe que nació primero en sus brazos-Los bebes morirían esta media noche, sin nuestra intervención pero la maldición se rompe con una vida entregada de buena voluntad por amor.- le dijo sabiendo que ella aceptaría y que seria la ultima vez que se verían, la ultima vez que se tomarían de la mano, que la miraría de arriba a abajo y se lamento internamente por eso.

Ella lo vio a la cara y delicadamente le dio un pequeño beso al bebe en sus brazos, el mayor de ellos-Jesús como tu padrino que fue el que te entrego tu primera bendición, así te llamare- le dijo con una sonrisa amorosa al tiempo que empezaba a concentrar su aura al rededor del bebe

El hombre trago saliva aun atónito por la decisión de su esposa, cargo al menor de los bebes y lo levanto hasta ponerlo a la altura de su cara, en tanto el bebe ahora despierto lo observaba atentamente ojos  totalmente negros noto.

-Tu pequeño, del polvo vienes, pero polvo jamas seras, superaras cada fase, cada reto y cada limite, te llamaran Luzbell como el primero de tu familia- el bebe se quedo dormido en sus brazos y las lagrimas empezaron a caer de los ojos del señor y la señora, compartieron su ultimo beso mientras sus auras tan finas y controladas como humo iban posándose al rededor de los bebes...




La Estrella CaidaWhere stories live. Discover now